No echar gasolina a tiempo puede suponer un inconveniente para el conductor por la pérdida de tiempo con el coche inmovilizado, el desplazamiento hasta encontrar combustible del coche o por la cancelación de nuestros planes. También puede acarrear un problema para el coche por los anomalías que pueden incidir en el correcto funcionamiento y que incluso puede desembocar en una avería.

Pero lo que muchos conductores desconocen es que, además, puede suponer un multazo que incremente el cabreo de los afectados.

Hoy en día, quedarse sin gasolina no tiene una justificación, ya que un coche tiene entre 60 y 120 kilómetros de autonomía, según el modelo, una vez se enciende el testigo de la reserva. Los avisos de alerta del coche suelen ser, además, varios para los más despistados, por lo que casi siempre disponemos de tiempo y gasolina de sobra para poder llegar hasta una gasolinera cercana.

Pero si al final tras agotar la reserva ves que el coche circula a empujones y da señales de detenerse, debes seguir estos pasos evitar una o varias sanciones. Siempre teniendo en cuenta que el Reglamento de Tráfico no penaliza el quedarse sin gasolina, sino las circunstancias anómalas que rodean a esta incidencia.

Apresúrate a situarlo en una zona segura y que no impida el tráfico ni ponga en peligro al resto vehículos o peatones. De lo contrario, estarías incurriendo en una infracción de conducción negligente que podría ser castigada con 200 euros de multa. Además debes de hacerlo de forma legal ya que si realizas una maniobra arriesgada o peligrosa durante la detención del vehículo, también podrían multarte por dicho motivo con otros 200 euros.

Una vez detenido el coche de forma segura y en una zona en la que no cause molestias, debes poner los triángulos de señal de peligro y enfundarte el chaleco reflectante para que los usuarios de la vía te vean con claridad. En caso contrario te expones a una multa de 80 euros.  

Un hombre se dispone a rellenar su depósito con un recipiente. Freepik

La sanción más extrema posible tiene que ver con la forma de trasladar el combustible, ya que si debes abandonar el vehículo y acudir hasta una gasolinera para rellenar tu depósito, debes utilizar en recipientes homologados para transportar el combustible y echarlo en el depósito. Si utilizas recipientes no homologados como botellas, bolsas o botes y te pilla la Policía o Guardia Civil te expones a una multa de entre 2.000 y 3.000 euros.

Problemas para el motor

  1. Al quedarse sin gasolina todos los sistemas del coche se apagan, incluida la servodirección y el servofreno.
  2. Puede originar que la bomba de combustible quede dañada, pues esta va colocada dentro del depósito y el combustible actúa como líquido refrigerante.
  3. El resto del sistema encargado de llevar el carburante al motor puede ensuciarse o incluso obstruirse, lo que hará imposible que el coche vuelva a arrancar.
  4. Si el coche es antiguo, puede incluso generar corrosión en los conductos y en el filtro.
  5. En el caso de que el vehículo sea gasóleo tal vez sea necesario purgar el circuito, por lo que no quedará más remedio que llevar el coche al taller.