En un tiempo y un mundo de incertidumbres, de crisis de valores, de falta de respeto a las personas, a las cosas y a la propia naturaleza; en una época en la que los individuos parecen, o al menos así lo percibimos muchos, más interesados en satisfacer sus deseos particulares que en tratar de ser felices y de que lo sean sus prójimos, y en el que prevalece la sociedad de consumo, en la que todo se compra, usa y a continuación se tira a la basura para reemplazarlo por otro nuevo objeto de consumo; todavía hay un sitio para la esperanza. Es evidente que necesitamos parar, romper con el ritmo acelerado de nuestras existencias y reflexionar seriamente sobre cómo vivimos, adónde nos lleva este estilo de vida y en qué medida nos sentimos satisfechos con esta dinámica. Quizá mirando al pasado.

Todo esto lo pensaba mientras ojeaba las fotografías del Auto Union Type 52, un coche que Audi, a través de su departamento de clásicos Audi Tradition, ha traído a la vida tal y como fuera ideado en los años 30 del pasado siglo. Y lo ha recreado tan sólo por el mero placer de convertir en realidad un proyecto que entonces no llegó a materializarse. Que una marca de la talla de Audi, que ha logrado hitos como triunfar en el Dakar con un coche tan tecnológico y singular, que en su día revolucionó el mundo de los rallyes con su irrepetible Audi Quattro, y que siempre ha conseguido brillar en aquellos retos que se ha planteado en el pasado -esperemos que corra la misma suerte en la Fórmula 1-, se decida a dar forma material a un proyecto tan impresionante y alucinante como el Auto Union Type 52, es toda una demostración de pasión sin límites, de querer recuperar la esencia, lo que nos emociona y hace felices, lo que nos conecta con el pasado, con el tiempo del que venimos, a la vez que nos proyecta con ilusión hacia el futuro.

Audi recrea el modelo ideado en los años 30 del pasado siglo y cuya base eran los vehículos de carreras que competían en los Grandes Premios

Mostrado en el pasado Festival de la Velocidad de Goodwood, celebrado a mediados de julio en el Reino Unido, el Auto Union Type 52 es la versión de calle de los coches de carreras de Gran Premio de los años 30 conocidos como las Flechas de Plata de Auto Unión. Esta firma, Auto Union AG, surgida de la fusión de las marcas Audi, DKW, Horch y Wanderer, con sus cuatro aros como logo identificativo, encargó a la oficina de diseño de Ferdinand Porsche en Stuttgart el desarrollo de un coche de carreras para los Grandes Premios, con el que en 1934 Hans Stuck estableció un récord mundial conduciéndolo en el circuito Avus de Berlín. Cuando lo innovadores coches de carreras de Auto Unión y Mercedes-Benz irrumpieron en la escena del automovilismo internacional y llegaron las victorias, nació la leyenda de las Flechas de Plata. Sus prestaciones, diseño futurista y tecnología revolucionaria cautivaron al público, los Mercedes con el motor colocado en la parte delantera y los Auto Union, en posición central, como los F1 actuales.

En paralelo al desarrollo el coche de carreras y también en secreto, Auto Union y la oficina de diseño de Porsche planearon una berlina deportiva homologada para su uso en carretera. El denominado Schnellsportwagen (deportivo de altas prestaciones), que era su nombre comercial, estaba destinado a clientes interesados en participar en carreras de larga distancia como la Mille Miglia o en pruebas de resistencia como Spa-Francorchamps o Le Mans, amén de la posibilidad de que fuera un coche de carreras de producción.

El Auto Union Type 52 nos traslada a una era dorada del automovilismo, donde las prestaciones, la tecnología y el diseño sólo eran superados por la pasión

Aunque a finales de 1933 se elaboraron los primeros bocetos, el proyecto se abandonó en 1935. Los planos estaban ahí, así que sólo era cuestión de tomar la decisión de llevarlo a cabo, de darle forma. Para ello Audi encargó a la firma británica Crosthwaite & Gardner la creación de un modelo que reprodujese los esquemas del vehículo original. Con un potente motor de 16 cilindros, con la compresión rebajada para poder usar gasolina de octanaje convencional, una capacidad de 4,4 litros y provisto de sobrealimentador (Roots), entrega 200 CV a sólo 3.650 rpm y un par máximo de 436 Nm a apenas 2.350 vueltas. Este vehículo de más de cinco metros de largura, que admite a tres ocupantes y pesa en vacío sólo 1.300 kilogramos, está dotado de motor central y caja de cambios manual de cinco marchas, y alcanza una velocidad máxima de 200 km/h. Otros detalles singulares son sus dos ruedas de repuesto, que el conductor viaje adelantado y entre sus dos acompañantes, o que hasta posea un hueco para trasladar el equipaje. El toque de modernidad llega de la mano de las suspensiones, con muelles y amortiguadores hidráulicos en lugar de ballestas transversales y amortiguadores, junto a un depósito de combustible de 110 litros, claramente de menor tamaño que el original del ejemplar de carreras.

Durante la presentación en el pasado Festival de la Velocidad de Goodwood, el director de Audi tradition, Stefan Trauf, aseguró que “el Auto Union Type 52 es un coche que hace que la gente se emocione con el diseño y la tecnología. Para mí, es un coche legendario. Por desgracia, en su día no pasó de ser un sueño que ahora, 90 años después, podemos hacer realidad. Demuestra el ingenio de sus creadores y la innovación tecnológica de la época”. Todo un ejemplo de cómo rendir homenaje al pasado, de respeto y admiración al trabajo de quienes nos precedieron y de pasión por el automovilismo.