erika jara

Corresponsal en Jerusalén

El discurso pronunciado en la Universidad Americana de El Cairo en 2009 ha sido la cruz que el presidente estadounidense Barack Obama ha arrastrado a lo largo de su política exterior en Oriente Medio durante su primer mandato. Prometió cambios; pero en vez de ello, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, le ha ignorado políticamente; las negociaciones de paz se han mantenido estancadas prácticamente durante cuatro años y, según Peace Now, la construcción de asentamientos en suelo palestino ha crecido en un 300% en el último año. Los palestinos le acusan de no haber cumplido nada de lo que prometió y los israelíes, especialmente los más sionistas, de ser el presidente más antiisraelí de los últimos tiempos.

El miércoles Obama aterrizará en Tel Aviv y durante tres días visitará Israel y Palestina "con la intención de escuchar a las partes" en una "visita de mantenimiento" en la que no intentará revivir procesos diplomáticos de paz. Y la llevará a cabo en un momento de tensión, con manifestaciones por los prisioneros palestinos en huelga de hambre en cárceles israelíes que han causado los disturbios más extendidos de los últimos años, y los caldeados ánimos palestinos desde que en enero el ejército israelí decidió comenzar a usar munición real contra manifestantes, causando una decena de muertos.

nuevo gobierno israelí Benjamín Netanyahu estrenará gobierno prácticamente coincidiendo con la visita de Obama. Su nueva coalición, calificada de moderada, excluye a los ultra ortodoxos por primera vez desde 2006. La fuerte alianza entre el partido de centro izquierda Hay Futuro, del experiodista Yair Lapid, y el Hogar Judío del ultrasionista Naftali Bennett, no ha dejado a Netanyahu otra opción. El primero aboga por rescatar las conversaciones de paz; el segundo, por anexar definitivamente las áreas palestinas bajo control israelí. Pero ambos coinciden en la necesidad de incluir a los ultra ortodoxos en la fuerza laboral y en el servicio militar, por lo que se espera que en los próximos años Israel se centre más en sus asuntos internos, desviando la atención de otras cosas y poniéndoselo difícil a Obama. La antigua líder de la oposición, Tzipi Livni, quien ha roto su promesa electoral de no unirse a un gobierno liderado por Netanyahu, será la encargada de los asuntos de paz con los palestinos.

Este escaparate moderado da esperanzas a los que desean una mejor relación entre EEUU e Israel, pero otros análisis, como el del periodista del diario israelí Haaretz Gideon Levy, apuntan a lo contrario: "Si Obama se encontrase con una coalición de extrema derecha, quizá volviese a EEUU preocupado, pensando que decididamente tiene que hacer algo. Pero si encuentra un ambiente distendido, moderado y optimista como el de Lapid y Livni, se irá pensando que todo va a ir bien, y el proceso de paz se eternizará". El comentario más generalizado ente los palestinos ante la visita de Obama es "da igual, no va a cambiar nada" o el chiste, en referencia a los motivos de su viaje, de que viene a "mantener" todo. Muchos de ellos hacen ya planes para pasar el día en el mar Muerto y evitar los atascos que provocarán los preparativos y la comitiva. Tan solo algunos grupos de jóvenes han llamado a protestas masivas y uno de ellos ha colgado carteles en las farolas de la calle principal de Ramala con mensajes para Obama sobre su vida diaria, como "no tenemos derecho a compañías de 3G" o "sufrimos este atasco porque Israel no nos deja reparar la carretera".

Obama decidió incluir en su visita la Basílica de la Natividad, en la ciudad palestina de Belén, ya que fue recientemente declarada patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Para los grupos de activistas palestinos, "este es un ejemplo de la hipocresía de Obama y de la Autoridad Nacional Palestina", en referencia a la retirada de fondos por parte de EEUU a la Unesco cuando la institución reconoció a Palestina como estado. "La OLP recibirá a Obama en Ramala en vez de Jerusalén Este y también obviará el veto y el voto en contra del estado palestino que EEUU emitió en dos ocasiones en Naciones Unidas", denuncian.