Gales ha retirado desde este sábado la mayoría de las restricciones sociales para evitar contagios de coronavirus, por lo que todos los establecimientos públicos pueden abrir sin limitaciones de horario ni aforo.

El Gobierno galés mantiene sin embargo la obligatoriedad de llevar mascarilla en espacios públicos interiores, excepto en pubs y restaurantes, y la recomendación de trabajar desde casa cuando sea posible, una fórmula similar a la que entrará en vigor en Escocia el lunes.

Inglaterra, en cambio, eliminó todas las limitaciones el 19 de julio, incluido el requerimiento legal de utilizar mascarilla para minimizar la transmisión del coronavirus.

El ministro principal de Gales, Mark Drakefort, avanzó que no espera modificar el nivel de restricciones durante "al menos las próximas seis semanas" y se mostró confiado en que esta sea la "última etapa" de la pandemia, siempre que no se produzcan "nuevos giros inesperados".

"El nivel de alerta cero no significa el final del coronavirus", afirmó Drakeford.

"Todavía tenemos personas clínicamente vulnerables en nuestras comunidades, y la mayoría de la gente en Gales quiere continuar siendo precavidos para proteger su salud y la del resto", recalcó el político laborista.

Con una población de 3,1 millones de personas, Gales registró el viernes 803 nuevos casos de coronavirus y ninguna muerte, mientras que la prevalencia de la covid-19 en siete días es de 133 casos por 100.000 habitantes.