Las devastadoras inundaciones que viene registrando la provincia sudafricana de KwaZulu-Natal (en el este del país) desde el lunes acumulan ya 340 víctimas mortales, con previsión de que la cifra aún aumente, mientras continúan las tareas de emergencia en la zona, que fue declarada en estado de desastre.

Las lluvias dieron este jueves una tregua a la región, pero se espera que las precipitaciones regresen a partir de mañana, con lo que los equipos de emergencia trabajaban hoy a contrarreloj para dar refugio a los miles de afectados, buscar a las decenas de desaparecidos y prevenir mayores daños en las golpeadas infraestructuras y viviendas.

"Nuestros pensamientos están con la gente de KwaZulu-Natal que se está viendo afectada por las graves inundaciones, que han llevado a la pérdida de muchas vidas y han destruido hogares, negocios e infraestructuras públicas", manifestó hoy en un comunicado el presidente del país, Cyril Ramaphosa, que ayer recorrió las zonas afectadas junto a las autoridades locales.

En esa visita, el mandatario describió la situación como una "catástrofe de enormes proporciones" y la relacionó directamente con el cambio climático.

Por ello, el Gobierno sudafricano declaró anoche el estado de desastre en KwaZulu-Natal, lo que permitirá a la región acceder a recursos especiales del Estado para lidiar con los daños.

El último balance de víctimas mortales, confirmado esta tarde en una rueda de prensa virtual por el jefe de Gobierno de la provincia, Sihle Zikalala, asciende a 340; pero no se descarta que el número aumente ya que aún muchas personas continúan desaparecidas.

"El momento y la severidad del desastre de las inundaciones señala claramente que vivimos en tiempos de desequilibrio ecológico, cambio climático y degradación medioambiental", reflexionó este funcionario, tras admitir que son tiempos de "desastre sin precedentes" para la región.

Zikalala estimó también hoy que los daños materiales, que aún están por cuantificar, ascenderán a pérdidas millonarias.

Solo en la municipalidad que alberga la ciudad de Durban (denominada oficialmente eThekwini), que es la tercera urbe más grande de Sudáfrica y la más importante de KwaZulu-Natal, los daños se cuantifican en 757 millones de rands (unos 50 millones de euros), según cálculos anunciados hoy por el alcalde, Mxolisi Kaunda.

En muchas partes de la provincia, que se preparaba para recibir a miles de visitantes por las fiestas de Pascua, los ciudadanos permanecen sin luz ni agua corriente y muchas carreteras continúan intransitables.

Las autoridades locales también estiman que miles de personas se han quedado sin hogar y las escuelas permanecerán cerradas hasta la próxima semana en las zonas afectadas.

Especialmente golpeadas se han visto las áreas de asentamientos informales alrededor de Durban, con muchas barriadas arrasadas completamente por las aguas torrenciales y los corrimientos de tierra.

En puntos como el suburbio de Reservoir Hills, vecinos que perdieron todo en estas inundaciones y aseguran estar siendo ignorados por las autoridades protagonizaron hoy protestas que tuvieron que ser dispersadas por la Policía.

El puerto de Durban -el más importante de transporte marítimo de carga de todo el continente africano- tuvo que suspender sus operaciones este miércoles y también los ferrocarriles de la zona registraron importantes daños.

Grandes fábricas, como la planta que la automovilística Toyota tiene en Durban, también se vieron completamente anegadas por el agua y tuvieron que paralizar su actividad.

También se tuvieron que desplegar contingentes de policía para lidiar con intentos de saqueos en algunos puntos de la provincia y el Ejército tiene efectivos sobre el terreno para apoyar las tareas de rescate.

Al hilo de esta catástrofe natural, diversos mandatarios del continente africano se solidarizaron con Sudáfrica y enviaron mensajes de condolencias.

"Mis pensamientos están con Cyril Ramaphosa y los camaradas sudafricanos que se han visto afectados por las intensas lluvias e inundaciones durante los últimos días. Etiopía se solidariza en estos duros momentos", publicó hoy el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, en su cuenta de Twitter.

KwaZulu-Natal viene experimentando un aumento de esta clase de fenómenos climáticos en los últimos años.

Los más graves de los tiempos recientes se dieron en 2019, cuando las lluvias torrenciales e inundaciones dejaron unos 80 muertos en esta misma época del año.

KwaZulu-Natal, además, lidia aún con la desolación causada por los graves disturbios que Sudáfrica vivió en julio de 2021 y que se vivieron con mayor intensidad precisamente en esta provincia. Solo allí se registraron 275 de los 354 muertos que dejaron aquellos incidentes.