La dimisión de Boris Johnson como líder del Partido Conservador británico aboca a sus compañeros a buscar a un sustituto, con un proceso que arranca en un primer momento con las postulaciones de los candidatos, sin que por ahora haya un claro favorito.

La salida -forzada o no- de un mandatario abre la carrera por la sucesión con una primera etapa en la que los potenciales candidatos deben reunir el aval de al menos ocho diputados.

Si hay más de dos aspirantes, se abre una ronda de votaciones en las que van cayendo eliminados. Así, en una primera votación quedan fuera los que reciban menos de 18 votos entre los diputados 'tories', y en una segunda ronda quienes no superen el umbral de los 36.

El proceso avanza hasta que sólo queden dos candidatos -si de primeras ya fuese así, el proceso iría directamente a este punto-. En este momento, el Partido Conservador avanza a una votación por correo de las que ya sale el ganador definitivo.

La experiencia de anteriores primarias demuestra que la carrera por el liderazgo 'tory' suele ser amplia, ya que por ejemplo en la de 2019 una decena de políticos dieron un paso al frente. La batalla final enfrentó al actual primer ministro, Boris Johnson, con el exministro de Exteriores, Jeremy Hunt, y se saldó a favor del primero, que obtuvo más del 51 por ciento de los votos.

El nuevo líder se convierte automáticamente en primer ministro, en la medida en que se asume que cuenta con la mayoría parlamentaria, y no está obligado a acelerar la convocatoria de elecciones. Así, en principio puede intentar agotar la legislatura, hasta los comicios previstos en enero de 2025.

El propio Johnson entró en Downing Street a mitad de mandato, al igual que su predecesora, Theresa May, que asumió la jefatura del Gobierno tras la dimisión de David Cameron.