“Quiero imaginar que, cuando ya sea viejito, toda la Isla del Amor será verde”, desea el treintañero Joel Galarza, buzo profesional y representante legal de Asociación de Servicios Ambientales de Cojimíes (Asoserambcoj). Muy concienciado con el medio ambiente, realiza con frecuencia una limpieza del trasmallo que dejan en el mar, “el loco de la basura”, le llamaban.

La Isla del Amor ( a 5 minutos en lancha de Cojimíes) es un área de conservación dependiente del gobierno provincial. Gracias al esfuerzo de la asociación, se han reforestado dos hectáreas de mangle estos últimos años.

Cristian revisa la plantación de mangle en la Isla del Amor Edurne Navarro Bueno

Esta isla es un atractivo turístico sin explotar para los miles de turistas que llegan a Cojimíes los fines de semana, consideran desde Asoserambcoj. La entidad propone que sea un semillero de especies, crear un arrecife artificial para apreciar el fondo marino y reservar un área protegida para tortugas. También aspiran a establecer un vivero ecológico, cultivo de algas comestibles, crear senderos flanqueados por almendros y palmeras, realizar visitas guiadas y avistamiento de aves y dar clases de buceo y snorkel.

Para materializar todas estas ideas, piden “la ayuda de las autoridades”. “Presentamos proyectos y no nos hacen caso. Queremos ser escuchados para poder trabajar y capacitar a la población”, cierra Galarza.