El secretario de Estado de Comercio Internacional de Reino Unido, Conor Burns, ha sido despedido este viernes tras una investigación en su contra por "comportamiento inapropiado", según ha trasladado el número 10 de Downing Street.

"Tras una denuncia de mala conducta grave, la primera ministra, (Liz Truss), ha pedido al diputado Conor Burns que abandone el gobierno con efecto inmediato", reza el texto recogido por el diario 'The Guardian', en el que se añade que "todos los secretarios deben mantener altos estándares de comportamiento".

El parlamentario británico, que también ha sido suspendido del Partido Conservador debido a su conducta durante un encuentro de la formación política en el hotel Hyatt, en Birmingham, ha dicho tras la decisión que cooperará "plenamente" con la investigación en su contra y que espera "limpiar su nombre".

"Nos tomamos todas estas acusaciones extremadamente en serio. La primera ministra ha dejado claro que se deben mantener los más altos estándares en la vida pública", han dicho un portavoz conservador 'whip', según ha recogido el diario 'Telegraph'.

Se había aprovechado de su posición

Burns ya había presentado su dimisión durante la etapa de Boris Johnson tras una investigación parlamentaria que concluyó que se había aprovechado de su posición de diputado para interceder en favor de su padre y amenazar a una empresa. Sin embargo, fue designado otra vez para el mismo cargo con la llegada de Truss a Downing Street.

En concreto, Burns escribió una carta con el membrete del Parlamento a una empresa con la que su padre estaba negociando el pago de un préstamo. Utilizó "amenazas veladas", según la comisión, que recomendó apartarlo de su cargo de diputado durante siete días.

Pese a que se disculpó públicamente por la carta, esgrimió que la disputa estaba afectando a la salud de su padre, y finalmente dimitió "con gran pesar". "Boris Johnson tendrá todo mi apoyo desde el escaño", escribió por aquel entonces en Twitter, dejando claro que seguiría en la Cámara de los Comunes.

El secretario de Estado saliente está considerado un estrecho aliado del ex primer ministro británico Boris Johnson, a quien ayudó en la campaña para hacerse con el liderazgo del Partido Conservador en 2019.