Multitudinarias comparsas, concentraciones en playas y plazas públicas y desfiles en sambódromos de varias ciudades daban ayer continuidad al Carnaval de Brasil que volvió el viernes después de un receso de tres años. Comparsas como la centenaria Cordão da Bola Preta de Río de Janeiro y el Galo da Madrugada de Recife, el frenesí en las calles de Salvador de Bahía y los desfiles de las escuelas de samba, entre otros, encendieron nuevamente la mayor fiesta popular del país. El tradicional ‘bloco’ Cordao da Bola Preta, en el que las personas acostumbran vestir ropas blancas con bolas negras, recorrió por 103ª vez las calles del centro de Río de Janeiro, encabezados por artistas, como las actrices de telenovelas Paolla Oliveira y Leandra Leal. Este año, y después del receso por la pandemia, el Cordão da Bola Preta homenajeó a las víctimas de covid-19 en Brasil y en el mundo y por eso muchas personas se disfrazaron de enfermeras, médicos, profesionales de la salud y hasta de jeringas. La comparsa carioca ha llegado a tener 1,8 millones de personas en algunas de sus ediciones y disputa con el Carnaval de Salvador y el Galo da Madrugada de Recife, que ya fue Guinness Record de público en 1994 y 1995, el título de la mayor fiestas carnavalesca del país. También en Río de Janeiro, donde las escuelas de samba del Grupo de Acceso, una especie de “segunda división” comenzaron sus desfiles el viernes en el sambódromo Marques de Sapucaí, las playas concitaron este sábado diversos ‘blocos’.