La ONU ha pedido este lunes a la Comunidad de Estados del África Occidental (Cedeao) que incluya "exenciones humanitarias" en los paquetes de sanciones contra la junta militar de Níger, ya que considera que es "urgente" seguir repartiendo suministros esenciales y evitar los efectos colaterales de la crisis política sobre la población.

En un mensaje a donantes, la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha avisado de que la mayoría de los socios con presencia sobre el terreno han advertido de que "sólo tienen existencias limitadas" y temen una "interrupción total" de la ayuda, después de que el cierre de las fronteras se haya dejado notar en la llegada de comida y medicinas. Además, dicho cierre ha provocado una subida de los precios en productos básicos como los cereales.

Todo ello en un contexto en el que ya se prevé que unos 4,3 millones de personas, el 17 por ciento de la población, necesiten ayuda humanitaria este año en Níger, un país que ya antes del estallido de la crisis albergaba a 400.000 desplazados internos y 250.000 refugiados. Más de 3,3 millones de ciudadanos sufren inseguridad alimentaria grave, aunque el pico de casos se espera para el tercer trimestre, cuando se noten del todo los efectos de la estación seca y las últimas inundaciones.

La OCHA teme que la situación desencadenada tras el golpe contra el Gobierno de Mohamed Bazum agrave la situación, de tal manera que hasta 7,3 millones de personas puedan caer al penúltimo escalón del hambre, por lo llaman a la movilización de los donantes "para que los actores humanitarios puedan salvar vidas".

La comunidad humanitaria necesita más de 355 millones de dólares (cerca de 330 millones de euros) para garantizar el reparto de ayuda, pero hasta mediados de agosto apenas había recibido un 35 por ciento del dinero.