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Más vida en el pulmón de Burlada

La apertura del Palacete de Burlada, hace dos meses, ha supuesto un aliciente que atrae a más personas al parque que lo acoge, el cual se ha convertido en el "centro de ocio y disfrute" de los vecinos. Un lugar para conversar y disfrutar de la naturaleza y de la cultura.

Más vida en el pulmón de Burlada

"vivo ahí enfrente y desde que se ha abierto el Palacete el parque tiene mucha más vida", afirma Inma Cano, una de las dos conserjes que trabaja en el Palacete Municipal-Udal Jauregia desde su inauguración, hace dos meses. Y es que un simple paseo por este parque de aproximadamente 33.170 m2 es suficiente para constatar que se ha convertido en el cuarto de estar de los burladeses, donde pueden ir a tomar un café en la terraza, a jugar, a navegar por Internet, a leer la prensa en la galería modernista del edificio o, simplemente, a disfrutar de la naturaleza. Al respecto, Juan José Labat, vigilante y responsable del mantenimiento del parque, comenta que "era una zona de ocio, pero ahora se ha convertido en algo más cultural. Venían abuelos o mamás con niños y ahora viene mucha más gente joven y con los conciertos, más".

Y es que tanto la terraza como los espectáculos suponen un atractivo añadido para acudir al parque, donde no se permite entrar con perros, jugar con balones y andar en bicicleta. "Los conciertos de blues han sido un éxito", comenta Cano, y añade que "ha sido muy bonito vivir la experiencia de abrir el Palacete. La gente dice que ha merecido la pena y está súper contenta".

En cambio, el vecino de Burlada Patxi Olóndriz, que lleva 25 años viviendo en esta localidad y suele ir "habitualmente" con sus hijos al parque, asegura que "no ha notado más afluencia", aunque reconoce, mientras se toma un refresco, que "la terraza y los conciertos son un aliciente más". María Lucia opina que "antes se venía un rato. Ahora, se viene más a estar toda la tarde a gusto". Acompañada por su hija Sara y los abuelos de ésta, Irene García y Juan Manuel Marcos, disfrutan de una cálida tarde estival cerca de la fuente de las ranas. Por su parte, Marcos advierte de que como "el parque está abierto más tarde, hay personas mayores que hacen el gamberro".

Las burladesas Mercedes Porcel y Carmen Chueca acuden a diario al parque porque "no tenemos otra cosa" y constatan que ha aumentado la actividad y el ambiente. No obstante, critican que "los bancos son muy malos para las personas mayores. Son muy bajos y reclinados", por lo que "si estás enferma de la columna no puedes estar". Además, se quejan de que este año no los han hecho ni pintar. Al respecto, desde el Ayuntamiento señalaron que los van a adecuar. En esta línea, Porcel también demanda "más limpieza".

Un poco más adelante, Beatriz Araiz y Enrique Bengotxea, junto con su hija Ainhoa, se marchan del parque tras tomarse algo en el exterior de la cafetería y jugar con su hija en los columpios, en los que apenas había sitio. Mantienen que la terraza viene bien, ya que "desde que habían cerrado el chiringuito, estaba muerto", dice Bengotxea, pero "habrá que ver en diciembre", añade Araiz.

Sentadas en el césped, Carolina García y Lidia Pérez de Obanos, de 18 años y vecinas de Burlada y Villava, coinciden en que viene "mogollón de gente", principalmente "mayores, que acaparan todo y no se mueven de la terraza". Además, García recuerda que "vine un día al cine y otro día pasé y había un concierto dentro. Estaba a tope".

De hecho, "el viernes del festival de blues se calcula que había más de dos mil personas. Ha sido un súper éxito", comentó Susana Martín, gestora de hostelería del Palacete Cultural SL. Martín hace un balance "bueno" de estos dos meses de funcionamiento, si bien no tienen referencias anteriores. No obstante, lo que sí han constatado es que resulta determinante el tiempo: "Si hace bueno se nota mucho, date cuenta de que más de la mitad del negocio es la terraza", donde hay 26 mesas y 13 en el interior. Comentó que dan una media de 25 comidas diarias (el menú cuesta 14 euros y 25, los fines de semana), pero progresivamente va a más. "La mayoría de los clientes vienen de Burlada, empieza a haber clientela habitual, familias con críos y personas mayores", añade.

A juicio del concejal de Cultura, Ramón Alzórriz (PSN), acuden "todo tipo de personas: padres con niños, abuelos, de mediana edad y también jóvenes porque estamos potenciando el aspecto musical". De hecho, se han llevado actividades culturales, como el cine de verano, los teatros, música al aire libre... "Ha habido una afluencia de público extraordinaria porque los ciudadanos de Burlada también han entendido que era un espacio que querían recuperar", afirma. Así, con el esfuerzo de muchas personas a lo largo de los últimos 19 años, el parque se ha convertido en "el centro de ocio y disfrute de los burladeses", concluye Alzórriz.