EL teléfono no deja de sonar en Kuartelenea, el cuartel general del parque en Lizaso. Llaman desde Guipúzcoa, Pamplona, la Zona Media, la Ribera... Una única pregunta: ¿hay ya hongos? Pues la verdad es que no muchos. El parte micológico de la página web (http//parquemicologico.com/micolo.php) se actualiza cada jueves y el de esta semana no es muy alentador: "Hay setas en lugares donde se acumula algo de humedad, como en los márgenes de las regatas, aunque la producción sigue siendo escasa, en la línea de las últimas semanas. Se observa fructificación de algunos ejemplares aislados de hongos/onddoak, ziza hori, gibelurdin, gamuzas, trompeta de los muertos, hongo de roble.... en resumen, hay variedad pero no hay cantidad".
El hongo, nuestro onddo beltza o boletus, es la estrella indiscutible del otoño y la que ansían la mayoría de los aficionados. Según las estimaciones del parque, el año pasado se recolectaron en la campaña de otoño 2.900 kilos de hongos, frente a unos 600 kilos de todas las demás especies. También nacen ahora el rebozuelo (ziza hori), la gamuza (tripaki), las russulas (gibelaurdiñe) y la pardilla (ilarraka), las más conocidas entre las 81 especies que está permitido recolectar en el parque. "Tenemos unas parcelas en las que vemos el desarrollo de las setas y de ahí hacemos una estimación para todo el parque; naturalmente, no somos adivinos, nacen de un día para otro y nunca puedes saber exactamente lo que hay; de momento, hay muy poco porque el verano ha sido seco, esperamos que las últimas lluvias puedan animar el puente del Pilar", señala Edurne Guerendiáin, una de las responsables del parque.
agotados los permisos Aunque la temporada alta es la de otoño, el Parque Micológico de Ultzama funciona de mayo a mayo. Entonces se venden los permisos anuales, que este año han sido 300, 50 más que el anterior, y se agotaron en unos días. A partir de ahí sólo se expiden permisos de recolección diarios, bien por Internet, en cuyo caso es posible reservar los días que se desee, o bien en el propio parque, aquí únicamente para el mismo día. "No hay un tope, si vemos que hay mucha gente intentamos repartirla por las distintas pistas", señala Guerendiáin. En general, desde que el parque entró en funcionamiento en 2007 no ha habido campañas excepcionales, precisamente la última fue la de 2006, cuando los montes de Ultzama se llenaron de seteros y obligaron al Ayuntamiento a establecer el sistema de pago que tanta polémica generó entonces.
Este año la temporada alta se prolongará hasta el 8 de diciembre, unos días más que los anteriores. Durante estos dos meses y medio funcionan a pleno rendimiento todos los servicios, atendidos por siete personas. Como recalcan en el parque, en realidad no se cobra por coger setas, sino por utilizar estos servicios. Esta temporada hay algunas novedades. Por ejemplo, la consultoría micológica se ha abierto a cualquier persona, no sólo a los usuarios del parque. "Hay quien viene desde muy lejos para que le digamos si una seta es comestible o no, pero nosotros queremos algo más, que aprendan a reconocer las especies más comunes y también las normas de recolección y de consumo", explica Guerendiain.
Además, funcionan los servicios habituales: aparcamiento, entrega de un mapa guía, exposiciones los fines de semana y festivos, y actividades formativas para todos los públicos. Este mismo sábado, por ejemplo, comenzó el curso de micología básico, en colaboración con Fundagro, que se desarrollará durante seis días de octubre. También hay visitas guiadas los fines de semana, dirigidas al público familiar, visitas escolares y talleres de clasificación.
Los visitantes proceden mayoritariamente de Guipúzcoa y Navarra, de la Comarca de Pamplona, pero también de la Zona Media y de la Ribera. Y cada vez es más común la presencia de aficionados madrileños y catalanes, turistas que pernoctan en el valle y que se benefician de paquetes de fin de semana en algunos hoteles que incluyen la entrada al parque.
balance positivo Con tres años de experiencia, el balance del Parque Micológico de Ultzama es positivo para sus responsables. "La polémica inicial ya ha pasado y la gente se ha concienciado de que la regulación es positiva", asegura Edurne Guerendiáin. Uno de los objetivos era precisamente cambiar las actitudes y eso se está consiguiendo. Por ejemplo, la temporada pasada la Policía Foral sólo denunció a cinco personas por recoger setas ilegalmente, con multas que pueden superar los 300 euros. A partir de un control que se hace de los vehículos aparcados, que deben llevar visible el permiso, se estima que el grado de cumplimiento fue el año pasado del 84%, veinte puntos más que en 2007, el primer año de funcionamiento. El parque ha supuesto, asimismo, un alivio en la presión micológica sobre los bosques de Ultzama. En la pasada campaña de otoño se recolectaron 3,5 toneladas de setas y hongos, cuando en 2006, el último año antes de la regulación, se calcula que sólo en una semana se podían llegar a recoger 5,5 toneladas.
Económicamente, el parque aún es deficitario para el Ayuntamiento, pero cada vez menos. Los ingresos por venta de permisos, que en 2007 sólo alcanzaron el 16% del presupuesto, en 2009 cubrieron ya el 44% y en 2010 se estima que alcanzarán el 60% de los 58.000 euros presupuestados. Es consecuencia de una afluencia cada vez mayor: En el otoño de 2007 se vendieron 1.907 pases y en 2009 fueron 5.128.