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Elecciones: Llegan las sonrisas y las promesas

Se acercan las elecciones y nuevamente nos esperan semanas de campaña, discursos apasionados, promesas y más promesas?En definitiva, un aguacero de buenas intenciones, de sonrisas, saludos y abrazos a niños que periódicamente cada cuatro años nos cae del cielo. Sin embargo, este año las elecciones están marcadas por la crisis que padecemos y esta circunstancia hace que nos fijemos en la clase política mucho más que en otros comicios anteriores al ser un colectivo bastante ajeno a las rebajas salariales, el paro, la bajada de nóminas, etc

Toda generalización es injusta y hay que puntualizar que, como en todos los gremios, existen políticos honrados y trabajadores cuyo único fin real es el interés general y no el suyo propio?Los hay y los conocemos. Pero salvando este pequeño matiz, creo que habría que hacer alguna puntualización sobre la clase política y es por lo que me he decidido a escribir estas líneas.

La primera reflexión, a mi modo de ver, es que hay que huir de los políticos profesionales, de esas personas que hacen de la política su profesión y el sustento propio y de su familia. Personas a las que no se le conoce otro trabajo que el de estar metidos en la vida pública desde que eran adolescentes. El que la clase política esta tan denostada, tan vilipendiada y tan criticada es debido a que los políticos, o al menos muchos de ellos, no ven la política como un servicio a la ciudadanía y un medio para mejorar el nivel de vida de sus conciudadanos sino que lo vislumbran como una profesión, como un fin para ganar más dinero, más poder o mas influencia. Por este motivo siempre me he preguntado cuestiones como: ¿Qué no hará un político de estas características para perpetuarse en el poder? ¿Qué maniobras y argucias tramará, dentro y fuera de su partido, para seguir ganando su sustento?.

En una Comunidad tan pequeña como la nuestra, en unas ciudades como las navarras, en las que nos conocemos todos" no tiene sentido votar a los partidos sino a las personas. Habría que huir de votar las listas confeccionadas por los partidos, donde lo que prima no es la valía del candidato, del concejal o del político sino si lleva muchos años de militancia, si es familiar de tal o de cual o si ha seguido y apoyado a su líder a toda costa, ya estuviera de acuerdo o no con sus decisiones. Por eso soy un firme defensor de las listas abiertas.

Y es que a mí, en Tudela o en Navarra, me interesan buenos gestores, buenas personas, hombres y mujeres honrados que velen por el interés general sean del partido que sean (salvando los límites ideológicos que cada uno se plantee). Conozco a personas de esta valía en casi todos los partidos, aunque muchas veces quedan en un lugar discreto en la lista que confeccionan éstos. La auténtica democracia sería poder confeccionar cada ciudadano "su" Ayuntamiento perfecto "tirando" de los candidatos presentados en la lista de cada partido pero no el orden que éste estableciera. Poder coger al cuarto y al séptimo del PSN, al tercero y al noveno de UPN, al octavo de Izquierda Unida, al candidato sexto de Batzarre, etc, etc...Y así hasta completar el número de concejales que cada municipio, concejo o Autonomía requiriese.

Por otra parte considero que un político no debería estar en el puesto mas de ocho años, dos legislaturas, sirviendo al ciudadano. El perpetuarse en el poder no hace sino impedir que entre sangre nueva, jóvenes o no tan jóvenes valores con entusiasmo y ganas de trabajar por los demás. Todos sabemos que los primeros años en un trabajo, en una relación, son de total interés, de lucha y de entusiasmo; pasados estos años y aunque domines más la materia, el relajamiento y el acomodo es el factor dominante y esto en la política no se puede admitir. Además sabiendo lo efímero de su cargo en la política, entrarían las personas que verdaderamente desean trabajar por la ciudadanía y no las que ven en la política, la manera más fácil de llegar al poder o al dinero.

Tampoco veo correcto la acumulación de cargos (y por consiguiente de nóminas) en una misma persona. Eso de ser concejal y parlamentario, alcalde y senador, etc etc considero que no ha sido políticamente correcto nunca, sírvame la expresión, pero ahora con más de 4 millones de parados tampoco es solidario ni decoroso. Además el alcalde, senador o concejal que votamos yo deseo que esté en su puesto al cien por cien y no a turno partido. ¿O es que el trabajo para el que ha sido elegido es tan sencillo y fácil que con pocas horas que le dedique al día es suficiente? Porque si es así, igual la nómina que cobra es, sea la que sea, elevada para tal responsabilidad.

Podría escribir líneas y lineas sobre otros aspectos de la política que a mi parecer habría que cambiar, como por ejemplo las jubilaciones de oro vitalicias que, pasados unos pocos años de ejercicio, cobran nuestros senadores y diputados; las dietas, los coches oficiales? Pero nos ocuparía otra carta y hay que ir poco a poco en esto de los cambios sociales.

Por lo menos una cosa es clara y para mí positiva: Es difícil que en este año 2011 llegue algún partido a tener mayoría absoluta con lo que los pactos, los acuerdos permanentes o puntuales y sobre todo el dialogo serán la tónica general, algo que sin duda enriquece la política y con ella la democracia.