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Los anticuarios experimentan mayor demanda de almoneda que de antigüedades

La afluencia de visitantes ha sido muy positiva, aunque en junio se vendió más Hace unos diez años, los anticuarios de Estella vendían mucho a extranjeros provenientes de diversos países

Los anticuarios experimentan mayor demanda de almoneda que de antigüedadesFoto: sandra vázquez

estella-lizarra. El Mercado de Antigüedades y Almoneda que se celebró ayer en la plaza Santiago de la localidad estellesa atrajo a muchos visitantes, pero la venta fue menor que en la edición anterior de junio. Aun así, el buen tiempo y la afluencia de gente que paseaba tranquila, entre los expositores agrado a los propietarios de los anticuarios, ya que este mercado es una buena manera de promocionarse.

Algo muy curioso a destacar de este tipo de mercados es que en estos momentos la pieza de hace 50 años, la almoneda, se demanda más que la antigüedad de hace 200 años. En muchos casos esto se debe al sentimiento que tiene el cliente al ver una pieza que le ha traído algún recuerdo. Son objetos que se caracterizan por ser curiosos y porque a la gente le gusta colocarlos en las estanterías de sus casas.

Sin embargo, ya no hay tanto coleccionista como antes y hoy en día la gente prefiere vender los objetos antiguos que conservarlos en sus casas. Eduardo Peral, de Antigüedades Peral, afirmó que "hoy en día no se valoran las piezas, la gente que hereda este tipo de objetos los suele vender porque no les gustan".

Los propietarios de Antigüedades Lisarri, Angélica Maltés y Paco Lisarri, recordando momentos mejores, comentaron que hace unos diez años Estella era un lugar donde los anticuarios estaban en auge. "Venían americanos, australianos, belgas, holandeses y de muchos mas países a comprar antigüedades y lo que se llevaban no era precisamente poca cantidad. ¡Se llevaban camiones!", afirmaban. Ahora eso es impensable, por lo que de unos diez o doce anticuarios que había en la ciudad, ahora solo perduran cuatro.

Estas personas, dedicadas a rescatar objetos que nadie quiere y muchos tiran, se consideran a veces un poco masoquistas. Angélica Maltés confesaba que había género que le daba mucha pena vender porque nunca se sabe si volverás a encontrar algo parecido. "Es como una lucha interna entre el lado amante de la antigüedad y el comercial, que tiene que pensar en que es lo mejor para su negocio", decía.

El cliente de antigüedades por excelencia es el coleccionista y el decorador. Se habrá perdido el interés por decorar una casa con objetos de elaboración única o diseño exquisito, pero lo que si gusta a la gente es romper un espacio moderno con algún objeto antiguo. Juan Manuel Alba, de Antigüedades Juan Manuel Alba, explicó que " la gente sigue comprando pero cosas más baratas".

Por ello, aunque a veces parezca que las antigüedades son objetos que nadie quiere, hay que ver que simplemente están esperando a alguien que realmente los valora.