Larraga fue este viernes el escenario del acto central de la campaña de sensibilización Con el abandono de voluminosos... no seas delincuente, impulsada por el Consorcio de Residuos de Navarra con el objetivo de frenar una práctica cada vez más extendida: dejar muebles, colchones o electrodomésticos en la vía pública. Desde primera hora de la mañana, la plaza del Ayuntamiento acogió una jornada festiva y reivindicativa con escolares, representantes institucionales y agentes sociales implicados en la gestión de residuos. El acto contó con animación teatral, música en directo y una escenografía llamativa para “visibilizar el problema” y recordar a la ciudadanía “que existen alternativas legales y gratuitas para deshacerse de este tipo de objetos”.

Elementos voluminosos que hay que reciclar en su debido lugar.

El alcalde de Larraga, Carlos Suescun, dio la bienvenida a las personas asistentes y celebró que su municipio haya sido elegido para acoger el arranque de esta campaña. “Es una responsabilidad que asumimos con orgullo, porque todos queremos un pueblo limpio y sostenible. Y eso solo es posible si cada vecino y vecina pone de su parte”, señaló.

La campaña busca sacudir conciencias y denunciar una realidad que afea calles, contamina entornos naturales y genera un sobrecoste importante para las administraciones locales. Solo en 2024, se recogieron en Navarra unas 13.000 toneladas de voluminosos, de las cuales alrededor del 10% fueron abandonadas en lugares indebidos. “Estamos hablando de casi 1.300 toneladas que terminan directamente en el vertedero porque ya no se pueden recuperar”, explicó Steven Leiper, presidente de la Mancomunidad de Valdizarbe. “Frente a eso, los servicios de recogida domiciliaria permiten aprovechar hasta un 80% del material. Tenemos medios de sobra para hacerlo bien: puntos limpios, recogidas programadas o Traperos de Emaús. Solo hace falta voluntad”.

Leiper criticó con contundencia las actitudes “incívicas y poco solidarias” de quienes siguen dejando residuos en la calle, a pesar de vivir en una comunidad con un amplio despliegue de soluciones. “Nuestros hogares pueden ser una fábrica de materias primas reutilizables y nosotros mismos podemos erigirnos en motores de economía circular”, añadía.

Detalles

La campaña utiliza un enfoque visual y directo, poniendo nombre propio a los residuos abandonados (“el colchón de Luis”, “la lavadora de Tere”, “el sofá de Ane”) para humanizar el problema y mostrar la irresponsabilidad detrás de estos actos. Además, contempla actuaciones locales como la recogida de objetos tirados, su exposición en espacios públicos para evidenciar su impacto, la colocación de lonas y cartelería en lugares visibles y la difusión en redes sociales y medios municipales.

José María García, director de Traperos de Emaús, incidió en la importancia de canalizar adecuadamente estos residuos. “Cuando se recogen de forma selectiva y ordenada, se puede recuperar hasta un 80% de los materiales. Lo que no se aprovecha es lo que se deja tirado, expuesto a la intemperie y deteriorado, con el riesgo añadido para la salud pública y el medio ambiente”, afirmó.

Durante la jornada en Larraga, el grupo Zirika Zirkus ofreció una actuación teatral cargada de humor y crítica social, mientras que las artistas locales Naroa y Miren pusieron la nota musical con varias interpretaciones en directo. También se desplegaron las lonas oficiales de la campaña y se realizó una performance que simbolizaba la degradación que supone abandonar voluminosos sin control.