Agurtzane Urtasun (6º primaria), Peru Dufur (6º primaria) y los hermanos Alain e Irkus Oyarbide (4º y 1º primaria) son los nombres de los 4 últimos alumnos de la escuela unitaria de Auritz/Burguete que este viernes han lanzado el chupinazo de fiestas con una mezcla de emoción, orgullo y nostalgia.

Este año, como publicó este periódico, el centro educativo se ha visto obligado al cierre definitivo de sus puertas debido a una irreversible despoblación en los últimos años. Por ello, y por lo que ha significado la escuela para la vida del pueblo, el Consistorio les brindó el privilegio de lanzar el cohete anunciador de las fiestas patronales en honor a San Juan que se alargarán hasta el martes 24. “En esta escuela hemos aprendido, crecido, reído y hecho amistades. Una escuela pequeña no sólo es un edificio, es comunidad, vida, es pueblo”, gritaban este viernes en euskera y en castellano desde el balcón del Ayuntamiento ante decenas de auriztarras. “Aunque cierren la escuela, nosotros no cerraremos el futuro. Hoy vamos a celebrar el gran corazón de una escuela pequeña”, seguían.

Último día de clase

Los protagonistas celebraron el jueves su último día de clase con los profesores Maddi Pagola y Jon Pena, con antiguos alumnos, ex-profesores y familiares, con regalos, cantos y almuerzo. “Aquí estamos muy a gusto, como en casa. Somos amigos y hay confianza”, decían, destacando la cercanía y la amistad entre ellos.

Con pena, pero con esperanza, con este cierre se dice adiós a una institución que ha estado presente en la vida social del pueblo desde el siglo XVIII. Ahora, cargarán sus mochilas llenas de recuerdos bonitos que sólo tienen quienes han tenido la suerte de estudiar en una escuela rural y unitaria.

Recuerdos como la foto grupal que sacarán este domingo a mediodía con exalumnos, familias y exprofesores, para inmortalizar este momento histórico. Se enciende una nueva etapa para Auritz/Burguete, se enciende la mecha de unas fiestas que este año remueven emociones en los corazones de los auriztarras.