EN la subida al puerto de Urbasa, a pie de la carretera, se encuentra la calera de Olazagutía, un horno especial que se utilizaba para obtener cal viva mediante la calcinación de piedra caliza. Invadida por la maleza tras décadas de abandono, ha sido recuperada por el Taller de Empleo de Trabajos Forestales promovido por la Mancomunidad de Sakana. "Es el único horno de este tipo que se conoce en Navarra y en un estado excepcional", destaca Jesús Sesma, arqueólogo de la Institución Príncipe de Viana.

Si bien su datación se desconoce, se cree que fue construida en la segunda mitad del siglo XIX. "No está incluida en el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de Pascual Madoz, realizado entre 1845-1850. Sí se recoge que había una tejería y un molino", observa Sesma. La particularidad de la calera de Olazagutía es que se trata de una instalación híbrida, a caballo entre las domésticas y las industriales. "La cámara para cargar la caliza es muy grande, con una capacidad de 7.000-10.000 kilogramos, de los que se obtendrían 5.000-7.000 kilogramos de cal", apunta el arqueólogo, al tiempo que señala que su gran tamaño se explicaría porque en la zona hubo alguna obra importante o porque su producción se comercializaba.

Su aspecto externo recuerda a una ferrería. Construida en una ladera para facilitar la labor de carga y vaciado de la cal, es una estructura de mampostería refractaria con una boca de carga y una bóveda interior constituida por piedras calizas colocadas ordenadamente y a la que se prendía fuego. Así, cuenta con una era en la parte superior hasta la que se acarreaba la piedra para depositarla en la cámara. Abajo había un fogón, el cenicero, dónde se encendía el fuego. Se dejaba arder a fuego vivo, con una temperatura en torno a 900º, durante tres días, de forma que la caliza perdía el agua y acababa convertida en óxido de cal, más conocido como cal viva. "La materia combustible eran restos vegetales que ardían con facilidad y producían llama al momento, sobre todo las ramas y zarzas", explica Sesma. "Tuvo algún problema, ya que la parte delantera de la construcción hubo que reforzarla, y la de la boca con hierro, posiblemente por problemas de estabilidad o fugas de calor", apunta.

Una vez realizado el proceso de calcinación, se cerraba la boca del horno, así como cualquier respiradero, y se dejaba enfriar lentamente durante dos o tres días. Al introducir las piedras calcinadas en agua, el contacto entre ambos elementos hacía que la piedra caliza se desintegrase, formando una pasta o cal apagada, la base del mortero junto con agua y arena.

El uso de la cal estaba muy extendido hasta no hace muchos años, en tiempos de una economía ligada a la tierra. Además de utilizarse para la elaboración de morteros para las construcciones, se usaba para blanquear las paredes de la casas. También se empleaba para equilibrar el suelo de huertas y campos al tiempo que servía para desinfectar las cuadras y pocilgas. Asimismo, se empleaba para desparasitar los animales y los árboles frutales. Incluso tenía usos medicinales.

PUESTA EN VALOR Con el fin de dar a conocer esta calera, patrimonio histórico y cultural de un modo de vida de vida de la Montaña de Navarra, el Ayuntamiento de Olazagutía estudia su puesta en valor con fines turísticos, según adelanta la alcaldesa, Gurutze Rodríguez. "Príncipe de Viana debe catalogarla y el siguiente paso será incluirla en el Plan Municipal como bien de relevancia local", señala la primera edil.

La labor realizada por el taller de empleo bajo la supervisión de Príncipe de Viana ha consistido en la limpieza de la vegetación que se estaba metiendo por las juntas de la piedra, abarriéndola. Asimismo, se ha vaciado la cámara y se ha llaneado la zona de la boca para facilitar el acceso. La zona que puede presentar un peligro se ha cercado con alambre de espino para limitar el acceso de personas y animales. Además del horno propiamente dicho, la calera tiene más dependencias, con unas instalaciones para el calero y alguna pileta para depositar la cal.

"Sería conveniente señalizarla y colocar algún panel informativo. También barajamos su puesta en marcha", observa la alcaldesa.