c UANDO está a punto de conocerse el resultado del informe que dictamine hasta qué niveles se encuentra invadido de termitas el Casco Viejo de Tudela, y los nervios de los vecinos se disparan a la espera de los costes y de la validez de los tratamientos a adoptar, muchos desconocen que en la capital ribera la empresa Grupo Rubio Servicios Higiénicos Integrales se dedica, desde hace una década, a luchar contra estos xilófagos. Rubio es la única firma de todo Navarra que se dedica a la eliminación de las termitas mediante el empleo del hexaflumurón (insecticida inhibidor de la síntesis de quitina) un producto que ha demostrado ser el más eficaz en la lucha contra esta plaga que puede arruinar casas y barrios enteros.

Lejos de los precios que se habían estado barajando en un primer momento por empresas del sector, el Grupo Rubio asegura que por algo más de 1.000 euros, siempre que se traten a grupos de viviendas de 15 o más unidades, podría protegerse una vivienda y hacer frente al problema que está quitando el sueño a muchos habitantes del casco viejo tudelano. "A nivel individual una vivienda de unos 80 metros cuadrados sale por unos 3.000 euros, pero teniendo en cuenta que habría que tratar muchas casas, que es Tudela, nuestro pueblo, y que no tendríamos que trasladarnos podría quedarse en algo más de 1.000 euros". Localidades como Ablitas, Villafranca, Cabanillas, Fustiñana, Cadreita, Cascante, Milagro, Mendigorría, Ororbia, Echarri o Murugarren han experimentado el uso de este producto de manos del Grupo Rubio y han visto desaparecer las termitas, pero también han trabajado en otras provincias como Álava, La Rioja, Aragón o Soria. Lejos de Navarra, el hexaflumurón se empleó también para luchar contra una plaga de xilófagos que atacó la Casa Blanca.

la prevención Según las primeras inspecciones oculares de los expertos contratados por el Ayuntamiento, más del 35% de las viviendas del Casco Viejo de Tudela podrían estar afectadas por la plaga de termitas. Rubio, tudelano y conocedor de la zona, señaló que él antes de que surgieran las noticias había recibido más de 15 avisos pero "hemos esperado para atenderles a que el Ayuntamiento dé su dictamen porque actuar en bloque además de salir mucho más barato es más lógico". A su juicio sería necesario tratar el casco viejo en su integridad, tanto las casas afectadas como las que no lo están pero son cercanas. "A mi entender el ataque está muy repartido y lo que habría que hacer es actuar en seis o siete fases. Tenemos técnicos suficientes y muy preparados y lo podríamos acometer de tal manera que en dos o tres meses estuviera terminado".

Precisamente ésta sería la época ideal para poder empezar a poner en práctica el tratamiento porque en invierno "se les ralentiza el metabolismo para poder pasar las bajas temperaturas sin quedarse congeladas". De esta forma, cuando en primavera volvieran a su vertiginosa actividad ya estarían los cebos armados preparados para atacar al termitero. "Antes de seis meses se notaría la actuación".

Iñaki Rubio recomienda también los tratamientos preventivos, "mi experiencia me dice que en los que se hacen en la mitad de ellos aparecen termitas". De hecho han detectado en un séptimo piso de la avenida de Zaragoza de Tudela donde habían llegado "por un defecto de la construcción que generaba humedad. Su naturaleza es la verticalidad ya que viven uno o dos metros bajo tierra, no perforan el hormigón, pero sí el yeso, aprovechan las juntas de dilatación o incluso los cables de la luz. La prevención no es ninguna tontería y menos si hay un ataque cercano. Yo siempre lo recomiendo".

el mundo de las termitas Las termitas son un insecto social que, ante todo, buscan el buen funcionamiento de su comunidad. Cada individuo tiene su labor y función en el termitero, por lo que se dividen en castas siendo las principales la pareja real (fundadora de la comunidad), las obreras (el 90% del termitero), los soldados (encargados de defender el termitero) y los neoténicos (reproductores secundarios que en caso de necesidad suplen a la reina). La pareja real es la única que tiene alas y fundan nuevas comunidades que pueden llegar a tener millones de individuos. A la reina se le hipertrofia el abdomen y se agranda hasta llegar a alcanzar 20 veces su tamaño. Primero crea obreras que consiguen alimento y construyen el termitero y luego nacerán soldados para proteger al grupo, más tarde los neoténicos (ayudan a poner huevos si la situación lo requiere, o acompañar a las obreras en su expediciones fundando termiteros satélite lejos del principal). Por último nacen nuevas aladas que permitirán la expansión e iniciarán de nuevo el proceso.

Para que una comunidad se asiente en un lugar es necesario humedad y una temperatura que no sea muy baja (entre 12 y 30 grados). Por ello las calefacciones son el mejor amigo de esta plaga y se instalan en viviendas, lejos del frío exterior. "Les vienen bien las viviendas abandonadas porque aunque son sordas, ciegas y carecen de olfato detectan el peligro mediante las vibraciones gracias a sus antenas. Si las perciben, por obras o ruidos, saben que se tienen que ir". Además de mayor concentración de humedad Cada uno de los termiteros del tipo que hay en Tudela pueden tener hasta 3 millones de individuos. "En Tudela no es sólo un problema del casco viejo, en el Barrio de Lourdes también hemos tratado varios casos. No es cómo llegan las termitas hasta aquí, sino que en ocasiones nosotros nos instalamos encima de ellas. El barrio se construyó sobre antiguos viñedos y esta especie cuando se le acaba la comida de las raíces sale hacia arriba para buscar más madera. Lo mismo ha pasado en Ablitas, donde estamos trabajando ahora en más de una veintena de casas". Pese a ello hay condiciones que favorecen su proliferación como la existencia de edificios abandonados o solares con antiguas vigas de madera.

los métodos Hasta el año 1998 , en que se comenzó a utilizar el sistema de cebos, se empleaba otro método que no acababa definitivamente con la plaga. "En el tratamiento antiguo lo que se hacía era rodearte la casa, hacer una barrera perimetral o con taladros cada 40 centímetros e inyectar ahí un caldo muy tóxico, un caldo que es veneno y puede irse a capas freáticas o a terrenos de cultivo. Eso es matar moscas a cañonazos".

Rubio defiende el método que emplea él y que es el único de todo Navarra en hacerlo. "Lo que hago es acotar el radio de acción e intentar solucionarlo del todo. Del todo lo digo entre comillas porque siempre hay colonias que no están atacando en ese momento las viviendas, que se alimentan de madera abandonada o de raíces y no están todavía en las viviendas. Nosotros damos una garantía de cinco años para que una vez que hemos acabado con la colonia actual, hacer un seguimiento durante esos cinco años y si hay otro ataque lo eliminamos sin ningún coste para el cliente. El método antiguo lo que hace es dividir a la colonia con lo cual se van a multiplicar los termiteros y en vez de uno vamos a tener dos, tres o cuatro. Te quitas el problema pero se lo pasas al vecino".