estella-lizarra. Como se recordará, en 2011 se advirtió un aumento poblacional de esta especie, sobre todo en el entorno de Monjardín, Igúzquiza, Allín, Ayegui, Murieta, Olejua y Alloz. Este año 2012, los técnicos del departamento han confirmado de nuevo la presencia de la gardama aunque, tal y como explican fuentes de Medio Ambiente, "la incidencia en la zona ha sido considerablemente inferior a la registrada en 2011". Los daños de la Lymantria dispar se centran sobre todo en robles, encinas y carrascas y pueden detectarse a simple vista en las inmediaciones de Monjardín, en Ázqueta o en la zona de Olejua, tal y como han constatado los vecinos de estos puntos.
Los daños afectan a las hojas y yemas de los árboles y arbustos. Los expertos del departamento de Medio Ambiente indican en este sentido que, además de los efectos visibles, como la ausencia de hojas, los árboles sufren "un debilitamiento, una reducción del crecimiento, así como posibles efectos sobre la brotación del año siguiente".
Sin embargo, los técnicos del Gobierno foral recuerdan que "a pesar de tratarse de daños muy llamativos, estos son de limitada importancia, dado que la gardama por sí misma raramente provoca la muerte de los ejemplares afectados". Por ello, el Gobierno de Navarra no tiene previsto, como ocurriera en 2011, llevar a cabo tratamientos fitosanitarios "dado que se trata de una afección, aunque visualmente llamativa, de importancia limitada". En esta línea, los expertos del departamento aseguran que, "salvo que se prolongue gravemente el actual periodo de sequía, los daños serán superados por mecanismos propios y naturales de los ecosistemas afectados".
sequía De esta manera, no es solo la presencia de la Lymantria dispar la causante de este aspecto del monte, ya que, como relatan desde el departamento de Medio Ambiente, "también incide negativamente la extrema sequía de estos dos últimos años, como consecuencia de la cual el arbolado está sometido a una situación de estrés hídrico muy importante". Los expertos añaden que "este hecho debilita a las especies vegetales, haciéndolas más vulnerables a los ataques de plagas y enfermedades", al tiempo que, relatan, "los efectos de la sequía pueden observarse y favorecen la presencia de coloraciones rojizas y ocres", así como amarillentas en algunas especies, como las quercíneas.