las minas de Potasas vuelven a estar de actualidad. Se cumplen 50 años desde que comenzaron a extraerse materiales de ella y, además, los terremotos surgidos estos meses han vuelto a poner la mirada sobre la posible influencia de la mina en ellos.

La antigua mina de Potasas forma parte importante de la historia de Navarra, tanto en el aspecto social, como en el económico y, también, en el geológico. Los movimientos sísmicos que se han estado dando desde febrero han provocado que muchos miren hacia las antiguas galerías para preguntarse si tienen algo que ver. El pasado jueves un terremoto de 2,6 (era de 2,4 pero fue revaluado más tarde). Antonio Aretxabala, experto geólogo, cree que "seguramente tendrán algo que ver, pero es complicado determinar si con estas lluvias y sin las galerías no se hubiese producido algo parecido. La sal, con tanta agua, se ha diluido, eso ha tenido influencia, lo ha dicho el IGN, pero las galerías, propiamente dichas, es complicado determinar".

Jesús Jiménez, Martín Rebollo y Bruno Lozano formaron parte de la plantilla de mineros de Potasas y recuerdan perfectamente los terremotos que se produjeron en el año 1982. "Lo sentías como si hubiese sido una bomba, ya que cuando llegaba al vacío parecía que se había hundido lo de detrás. Una vez, cuando estábamos saliendo, hubo un ruido y pensé que era una explosión, pero cuando salí afuera todo el mundo estaba asustado porque lo que había pasado era un temblor", cuenta Jiménez.

"Pero dentro había menos peligro que fuera, porque estábamos muy profundo. Los de la superficie se querían meter para abajo (se ríe). Se sentía mucho, pero no había peligro, porque estaba protegido", apunta Bruno Lozano.

"En el primero que hubo, que fue más flojo que el segundo, yo estaba comiendo el bocadillo y pegó un pepinazo que me asustó bastante", termina Martín Rebollo.

Ellos han estado en esas galerías, pero no se ponen de acuerdo si pueden ser influyentes o no a la hora de un movimiento. "Puede ser, si se han hundido las cámaras... eran galerías muy grandes", comenta Rebollo, mientras que Lozano le rebate que él cree que "no tenía nada" que ver. "Gente que trabajaba en la mina y que vivía en Esparza sí que nos había contado que les había aparecido alguna grieta y que notaban pequeños temblores, pero esto ya hace bastantes años", también explica Jiménez.

Las galerías, que estaban todas comunicadas entre ellas, fueron selladas a principios de la década de los 90. Los mineros creen que aquel sellado no se hizo con prisa y que no tiene por qué tener errores, aunque sí que recuerdan que "el material enterrado allí vale muchísimo. Se sacó el material que interesaba y el resto se quedó ahí", cuenta Rebollo.

50 años después La mina de Potasas comenzó a realizarse en la década de los 50, pero no fue hasta 1963 cuando comenzó a sacar productos. "Sí, en el 63 arrancó. Antes hubo todas las obras para hacer las galerías, pero hasta entonces no se sacaban productos", dice Jiménez que es uno de los miembros de la actual Hermandad de Santa Bárbara, que sale todos los 4 de diciembre en procesión. Así pues, 50 años después, estos exmineros cuentan sus primeros recuerdos de cómo empezaron en la mina. "Cuando empecé, entramos ocho y a las pocas semanas me quedé solo. Dos se salieron el mismo día que comenzamos a trabajar en la mina", cuenta Jiménez. "Cuando nos iban enseñando la mina, el vigilante nos dijo: 'Aquí se mataron no sé cuántos'. ¡Vaya ánimo que nos daban!", se le une Rebollo.

Ambos recuerdan el buen ambiente que tenía la plantilla. "Creo que se nos debería recordar más porque Potasas era la revolución, en todos los sentidos, tecnológicamente y humanamente. Y teníamos mucho compañerismo. Aquí si te habías peleado con uno, daba igual, cuando entrabas a la mina, ibas codo con codo, luego fuera ya guardabas las distancias, pero dentro, todos cuidábamos unos de otros", explica Jiménez. Su compañero Martín Rebollo se suma al pensamiento de su amigo. "Eso era lo que más teníamos. Íbamos todos a una, cuando teníamos que hacer paros, también. Aquí había huelgas cada todos los meses, no se cobraba uno entero porque siempre había un día que parábamos para defender algún derecho".

Potasas, 50 años después de que comenzara su explotación, sigue siendo protagonista de la actualidad navarra.

l Los comienzos. Pese a que de la mina no comenzaron a salir materiales hasta el año 63, mucho antes se comenzaron las obras para empezar a realizar las primeras galerías. En la imagen se ve cómo el poblado de Potasas, lo que ahora es el casco nuevo de Beriáin, todavía no contaba con apenas casas mientras que se comenzaban a realizar las explosiones para llegar hasta las galerías. También se puede apreciar el pozo. En el año 1963 comenzaron a salir materiales y la mina siguió activa hasta que en la década de los 90 se cerró. Foto: Cedida

l Compañerismo. "Teníamos mucho compañerismo. Aquí si te habías peleado con alguno, cuando entrabas a la mina, lo olvidabas, todo era trabajo codo con codo. Cuidábamos unos de otros. Luego cuando salías fuera volvías a guardar las distancias, pero dentro todos éramos uno". "Eso era lo que más teníamos. Íbamos todos a una, cuando teníamos que hacer paros, también. Aquí había huelgas casi todos los meses y siempre íbamos todos", comentaban los exmineros. Foto: Cedida

l Hermandad de Santa Bárbara. Actualmente, muchos antiguos mineros viven en el casco nuevo de Beriáin, antiguo poblado de Potasas. Allí, en una coqueta bajera tiene su sede la Hermandad de Santa Bárbara, a la cual sacan en procesión cada 4 de diciembre. En la imagen, Jesús Jiménez y Martín Rebollo, antiguos trabajadores de Potasas posan en la ermita, que está decorada como si estuviese en una mina y tiene incluso cascos y petacas de minero. Foto: Iban Aguinaga