QUE la feria caballar de Tafalla no es lo que era salta a la vista. Y es que año tras año pierde atractivo y poder de convocatoria. La falta de incentivos, dado que en otras ferias se paga el porte del ganado, cosa que en esta todavía no se ha planteado, parece ser una de las razones de peso. Sin olvidar, claro está, los excesivos trámites burocráticos que tienen que sortear los ganaderos para realizar una simple compraventa y el coste económico que ello supone. Todo esto ha provocado que cada vez sean menos las personas que acuden al recinto ferial de Tafalla para contemplar el ganado expuesto así como para hacerse, en alguno de los casos, con algún ejemplar.
Según los datos ofrecidos por los veterinarios del Gobierno de Navarra, Antonio Puig y Oihana Ostolaza, ambos encargados de atender el despacho de guías, de los 141 ejemplares que entraron al recinto a las 6.30 de la mañana, finalmente cambiaron de manos 93, tres más que en octubre de 2012 pero 104 menos que en 2011. En lo concerniente al número de ejemplares, la caída es más que patente. El año pasado, sin ir más lejos, entraron al recinto 198 ejemplares, 57 más, y en 2011, 200 (59 más). Para hacer una comparativa real, no obstante, es importante recordar los datos registrados en las pasadas Ferias de Febrero, fecha en la que entraron al recinto 130 ejemplares y cambiaron de manos 92, una cifra similar a la registrada ayer.
Subrayar también que de los 90 potros, ponys, burros y yeguas vendidos 51 se quedaron en la Comunidad Foral, 25 viajaron hasta La Rioja, ocho fueron a parar a Zaragoza y el resto a Asturias, Cantabria, Comunidad Autónoma Vasca y Lleida.
Los ganaderos, por su parte, reiteraron como todos los años que la crisis que acucia al sector caballar, motivada en parte por el aumento del precio de los piensos así como por la falta de consumo de carne de potro, es cada vez más grave, por lo que se muestran muy temerosos cuando reflexionan sobre su futuro laboral. "Poco a poco están eliminando el gremio y el sector primario cada día va a peor", comentó al respecto Marcos Beitia, que estaba acompañado por su hija Olatz Beitia, psicóloga en paro, quien evidenció que "no te puedes ganar la vida con esta profesión".