huarte. Por segundo año consecutivo, la Mancomunidad y el Ayuntamiento de Huarte organizaron un mercadillo de segunda mano y trueque, en el que aproximadamente 55 puestos llenaron el frontón y la plaza principal de la localidad. Cientos de vecinos se acercaron para cambiar su ropa, joyas o libros o para comprar otros objetos a precios simbólicos. "Hay tanto particulares o asociaciones vendiendo artículos de segunda mano o fomentando el trueque, como artesanos que reutilizan materiales, ya que el mensaje que queremos mandar es la apuesta por el reciclaje", explicaron desde la organización.
La asociación juvenil Munduko Argia, formada por aproximadamente 50 personas y con sede en Huarte, vendió ayer una gran parte de los artículos recogidos durante todo el año. "La gente nos trae bolsos, juguetes, complementos o ropa y lo vendemos a un precio simbólico, con el objetivo de recaudar dinero para los niños con prótesis", señalaron Laura y Estíbaliz Inda, dos componentes de la asociación.
Otro grupo que instaló su puesto en este mercado fue el formado por seis huartearras que cada jueves, de 17.00 a 19.00 horas, organiza en las antiguas escuelas un rastrillo de trueque. Este grupo lleva cerca de cinco años sacando adelante esta iniciativa, con la que pretende "que la gente lleve las cosas que no le hacen falta y las cambie por cosas que necesite". Habitualmente no venden los artículos, pero ayer pudieron adquirirse algunas prendas por un euro y varias cazadoras y abrigos por dos.
La Asociación Bokatas, que atiende a personas sin techo o sin hogar, también instaló un puesto en el frontón municipal, al igual que Traperos de Emaús, cuyo principal objetivo fue anunciar un mercadillo y venta especial que el colectivo ha organizado entre el 11 y el 21 de diciembre en la calle Gayarre número 4, de 10.00 a 13.30 y de 16.30 a 19.30 horas.
artesanos Graciela González y Mª Cruz Lerga ofrecieron algunos de los artículos más curiosos de la jornada. Desde hace casi un año, ambas se dedican a realizar muebles de cartón. "Aprendimos la técnica hace muchos años en un curso en Francia y empezamos como hobbie, pero hace un año decidimos ponernos en serio", comentó Lerga. Las dos artesanas tienen como objetivo "hacer un mueble con el menor impacto ambiental posible y de forma sostenible y justa", y por eso, según expusieron, "en la decoración de nuestros muebles utilizamos un papel artesano de Nepal, con el sello de una cooperativa de comercio justo".
Otros, como Ainhoa Galdúroz, apostaron por las muñecas de moda, las fofuchas, entre otros artículos personalizados de goma eva realizados a mano. La artista huartearra calificó la experiencia como "muy satisfactoria" porque "es de agradecer que nos permitan exponer nuestros trabajos y darnos a conocer".