En 1968 - Acababa de ser derribada la casa que ocupaba la esquina entre el paseo de Sarasate y el arranque de la calle San Miguel, frente a la iglesia de San Nicolás. El inmueble, que era un viejo caserón de ladrillo enlucido y con detalles clasicistas, obra posible del siglo XIX, había albergado un elegante y castizo comercio llamado Casa Navasal, dedicado a la importación y venta de telas y paños, de donde el edificio habría tomado su nombre.
La foto muestra el solar de Navasal vacío y vallado, a la espera de que se reedificara en él un nuevo bloque de viviendas. El día es frío y lluvioso, y por ello el pavimento está mojado y la gente transita bien abrigada. Vemos en primer plano un automóvil de la época, un Peugeot 404, modelo fabricado entre 1960 y 1978, y en la acera de enfrente un Citroën 2CV, en su versión furgoneta, mientras que en el vehículo que se ve asomar en primerísimo plano, aunque no podemos distinguir la marca, sí que leemos "Aranguren Hnos. Pamplona". Al fondo, para terminar, bajo las arcadas de San Nicolás, vemos que están instalados los puestos de venta de roscos, dulces y txantxigorris, por lo que deducimos que la foto se obtuvo el 3 de febrero, día de San Blas, de aquel año de 1968.
Hoy en día - El lugar permanece perfectamente reconocible, merced a la iglesia de San Nicolás, cuya fachada hacia el paseo de Sarasate vemos asomar por la derecha, así como una de las arquerías que se le añadieron en el año 1888, y en la que en 1968 veíamos uno de los puesticos de San Blas. Como es costumbre en Pamplona, el caserón ochocentista de Navasal fue sustituido por un anodino bloque de pisos, que lo mismo hubiera podido levantarse en la avenida de Bayona o en Mendebaldea, dándonos la medida de que lo que nuestros munícipes entienden por el respeto hacia los conjuntos urbanos históricos. Estos le ponen dos pistolas a un Cristo y se quedan tan panchos, oye...
Una última cuestión. En la fotografía antigua, en primerísimo plano por la derecha, veíamos una farola de las de entonces, a cuyo fuste se había anclado un letrero luminoso que mostraba publicidad de una empresa de motores eléctricos, y cuyo logotipo era la cabeza de un caballo en carrera. Es muy posible que se tratara de un anuncio de Industrias Zaldi, cuyas tres primeras letras se leen perfectamente, y cuya sede se encontraría entonces, tal y como se lee en el rótulo, en la avenida de Marcelo Celayeta nº 28, en el barrio de la Rochapea.