El comercio de Iturrama resiste las embestidas de la crisis. Según los últimos datos, que corresponden a 2012, existen 362 locales de negocios en el barrio, que lo convierten en la tercera zona en mayor número de establecimientos comerciales -tras el Casco Antiguo y el Ensanche- y la segunda en cuanto a actividad económica, al beneficiarse también de la llegada de clientes de otras zonas de la Comarca como Cizur Menor. Aunque en 2010 en sus calles se contabilizan hasta 90 locales desocupados, en los últimos años han surgido nuevas ideas de negocio centradas en sectores más especializados, como una tienda de pinturas, una cervecería-degustación de productos ibéricos de Extremadura o varias peluquerías.

Pese a ello, el comercio tradicional sigue viéndose afectado por la crisis, las características del barrio y sus cambios urbanísticos: la población y clientela fiel de estos establecimientos ha envejecido, y para aparcar en sus calles principales primero hay que pasar por caja -desde 2006 está implantado el estacionamiento limitado y restringido-. A esto se suma la reciente eliminación de 503 plazas de aparcamiento gratuitas para urbanizar viviendas en Iturrama Nuevo, y la próxima construcción de una gran superficie de 5.000 m2 -E.Leclerc- en la Casa de Misericordia, que se unirá a las otras cuatro de las que ya dispone el barrio -tres Eroski y un BM-. Pero no hay espacio para la resignación y desde la Asociación de Comerciantes de Iturrama luchan para que el Ayuntamiento se implique en mayor medida y ayude a "dar vida al barrio".

Así lo apunta José Luis Sarriguren, presidente de la entidad -que engloba a cerca de 50 negocios- y propietario de la carnicería Sarriguren, que dirige junto a su hermano Alberto. "Subsistimos porque somos comercios que trabajamos el detalle, la calidad y la atención personalizada", señala. Su establecimiento lleva 34 años en la calle Serafín Olave y fue inaugurado por su padre. Los dos hermanos trabajaron desde el comienzo en él, convirtiéndose en testigos de los cambios en los hábitos de la población. "El consumo se ha reducido a lo necesario. Las amas de casa hacen sus compras al día", comenta. No obstante, reconoce que "si bien hace dos años se cerraron varios locales (inmobiliarias, tiendas de telefonía...), la necesidad ha impulsado otros".

Fernando Ordóñez y Loli Navarrete, que desde hace 20 años regentan la frutería Loli en Pedro I, son de la misma opinión e inciden en los cambios de consumo: "La gente compra más veces pero menos cantidad. Hay una población envejecida cuyos hijos se han ido y los universitarios que viven aquí de alquiler no trabajan y consumen menos también".

zona azul y superficies Más positivo con la situación del pequeño comercio de Iturrama se muestra Juanba Elizalde. "Es un barrio poblado y de renta media-alta. Creo que nos defendemos bien, hay mucho comercio y movimiento", afirma el propietario de Iluminación Helios, en la calle Iturrama. Elizalde no cree que la Zona Azul y Naranja afecte de forma negativa a los comercios. "Nos ha beneficiado. Antes era difícil aparcar y ha mejorado el tráfico. Además por compras superiores a 20 euros pagamos un euro del tique de aparcamiento, así que la gente viene", explica. También se muestra partidario de que las grandes superficies se sitúen cerca del barrio: "Yo prefiero que esté aquí que en el extrarradio, mucho mejor en la ciudad que fuera".

Esta opinión difiere de la expresada por los propietarios de la frutería Loli y por el presidente de la Asociación de Comerciantes, quien cree que la llegada de los establecimientos comerciales "hace daño" porque "se crea una guerra de competencia". "Las grandes superficies tienen su propio aparcamiento, gratuito cuando vas pero pagado por todos los contribuyentes. Les dan todo tipo de facilidades de acceso y a los comercios de barrio nada", indica Navarrete.

Piden que "el Ayuntamiento dé tarjetas a los comercios para que sea más barato aparcar". De momento sólo les ofrecen una por establecimiento, por 250 euros anuales. Les preocupa también la supresión del párking gratuito, por lo que supone para los trabajadores de los negocios de la zona. "Se supone que habrá más viviendas y más gente para comprar, pero los trabajadores no tienen dónde aparcar", concluye Sarriguren.

362

Comercios. Según los últimos datos de 2012, 98 se dedican a la alimentación, bebida y tabaco; 66 a ocio y cultura; 60 al equipamiento del hogar; 53 a la venta de ropa; 39 son perfumerías; 25 pertenecen a la categoría de otros; 14 son comercios mixtos y existen 7 cuya temática es el vehículo.