fitero - El despeje de plaza de la primera corrida del año taurino foral no pudo con el frío con el que desde que el mundo es mundo suele regalar San Raimundo el 15 de marzo. Muy taurino siempre eso de las mantas de contracierzo en la villa de los Baños. El despeje de la debutante alguacililla Nerea Llorente no encontró restos de las muy excelentísimas y reverendísimas autoridades que protagonizaron la mañana fiterana, pero sí bastante de público soberano y buen ambiente. Mas a esta aceptable concurrencia y la festividad del abad San Raimundo no se unió la casta y menos la fuerza de los toricos de Soto de la Fuente que presumían a pripori de ser purito juampedro. El festejo decepcionó, aunque sirvió para dos cosas: para seguir poniendo en valor a la tauromaquia en Navarra un año más y para olvidarnos durante dos horas de la burda inestabilidad política de nuestra tierra. Aprovechamos para recordar que los toros, aunque unos los rechacen por nacionalismos absurdos y otros se los adscriban a sus siglas derechosas, son la manifestación popular y democrática más grande que hay en el planeta Tierra. Así las cosas, Morenito de Aranda fue el triunfador: cortó sendas orejas a su lote y salió a hombros. Buena reseña para los relámpagos de los portales de Internet, aunque la verdad, las emociones fueron escasas. Sí el burgalés dejó claro que, con diferencia, era el torero más puesto y con clase de la terna. Cierto es también que sorteó el lote más potable, por menos inválido, de la tarde. Morenito se mostró muy superior a sus oponentes. A su primero, Fiador, lo cuidó y lo templó por ambos pitones con sumo cuidado y ritmo tan lento como adecuado; sin tirones. Fue lo mejor de la función gracias a que el tal Fiador fue generoso al humillar con bondadosa nobleza. Justa oreja. El 5º toro, Actor, el más serio y cuajado, fue el único que no se cayó, aunque a cambio ni humilló y tuvo suficiente viaje en las acometidas para que la faena del castellano tuviera más remate e importancia. Fue una manufactura más técnica, de trajinar y saber andar al toro para abrochar las tandas. Buena estocada, otra oreja y pasaporte para salir en volandas camino de la calle Calatrava. Para lo que tuvo delante, buen debut de Morenito en esta plaza.

El tercer trofeo se lo llevó para la reseña, aunque no tanto por méritos, Oliva Soto. El sevillano, que también hizo el paseíllo desmonterado por debutar como torero (ya lidió como novillero), se llevó una oreja de Majadero, toro muy flojo al que, tras lidiarlo sin el reposo que demandaba, le recetó una media estocada en la yema de espectacular y rápido efecto. El sexto, Dorado, cumplió en varas pero luego se pegó un volteretón que lo inutilizó. Soto mató mal y fue avisado y silenciado.

Juan Diego, que reaparecía tras dos años parado, no tuvo suerte. Dejó pinceladas de su clase con el capote pero poco más. El 1º, también de nombre Fiador, dio pena. Y el 4º, Holandés, también.

Ganadería. Seis toros de Soto de la Fuente. Cuatro, cinqueños. Justos de presencia. Nobles, pero muy escasos de fuerza. Algunos, inválidos. 2º, con clase, y 5º tuvieron algo de poder. Defraudaron.

Juan Diego. En el 1º, estocada (silencio). Y en el 4º, estocada (saludos).

Morenito de Aranda. En el 2º, pinchazo y estocada (oreja). Y en el 5º, estocada atravesada (oreja).

Oliva Soto. En el 3º, media estocada (oreja). Y en el 6º, dos pinchazos, media estocada atravesada y descabello (silencio tras aviso).

Presidencia. Bien a cargo de Ana Pérez Elipe, asesorada por Francisco Romera y Jesús María de Andrés.

Incidencias. Buena entrada, con unos tres cuartos de aforo cubiertos. Tarde fría. Muy bien la banda de música bajo la batuta del maestro Eugenio Irigaray.