el último símbolo de la Dictadura de Franco colocado en un edificio de Tudela fue retirado ayer, diez años después de que así lo exigiera la Ley de Símbolos de 2004. "¿Qué hacéis?, ¿quitáis la lechuga?", preguntaban algunos curiosos a los abliteros Eduardo Soria y Félix Alegría mientras cincelaban las hojas de laurel que rodeaban el escudo de Navarra en los soportales de la plaza de Los Fueros. Durante años en Tudela se ha denominado lechuga a la corona de laurel que Franco concedió a Navarra en 1937 en "recuerdo a las gestas heroicas de Navarra en el Movimiento Nacional y homenaje a quien tan reciamente atesora las virtudes de la raza".
Pese a que algunos creían que su eliminación iba a ser motivo de controversia (les hicieron colocar una malla negra), los tudelanos pasaban por delante sin prestar atención apenas e incluso había quien no sabía ni que existía tal escudo en la plaza, en el centro de la ciudad. También hubo quien se detuvo y exclamó "¡qué vergüenza!, ¡esto es una vergüenza! ¿Por qué no quitan los escudos de la República que hay en sitios como el Banco de España?", y se alejó cabeceando. Desde las 8.00 hasta las 13.00 horas los abliteros Soria y Alegría estuvieron trabajando sobre la lechuga. Los primeros golpes de cincel sobre el escudo de hormigón dieron paso finalmente a una máquina para limar los restos.
El de ayer era el último símbolo de la Dictadura que quedaba en edificios públicos de Tudela después de quitar los del estadio Ciudad de Tudela y la Casa del Reloj, cambiar el nombre de José Antonio Elola y eliminar el águila imperial del edificio de sindicatos. Pese a que esta última retirada debía ser responsabilidad de la Fundación Miguel Eza, gestora de la Residencia Nuestra Señora de Gracia, se negó a hacerlo porque no podía asumir el coste de su retirada (605 euros), por lo que finalmente lo asumió el Ayuntamiento.
Hasta que el pasado mes de enero el Parlamento foral aprobó la Ley de Memoria Histórica, el Ayuntamiento no tomó la decisión de asumir esta retirada y cumplir la ley, aunque la hoy parlamentaria Mariví Castillo anunció en numerosas ocasiones su eliminación desde 2004.
Más allá de la retirada de la laureada la polémica seguirá en Tudela ya que I-E ya anunció que tratará de que, en cumplimiento de la ley, se sustituyan los nombres de las calles que recuerdan a los tudelanos que murieron en el ejército de Franco. "Habrá que buscar una solución de consenso porque no pueden seguir representados solo los caídos de un bando", explicó en su día su portavoz, Milagros Rubio. Además, UPN se comprometió a realizar un homenaje a los ediles fusilados en 1936.