El pasado mes de mayo el albergue de Sorogain volvió a abrir sus puertas gracias a la cooperativa Kamira; quien, “con gran ilusión”, se pone en frente de este nuevo proyecto con el fin de complementar sus actividades fuera del entorno urbano, pero sobre todo con el claro objetivo de convertirse en un espacio de referencia para la gente de fuera y los vecinos del valle. Junto a los servicios de hospedaje, el bar o el restaurante, el albergue pone a disposición actividades como el senderismo, paseos a caballo, o recorridos en BTT.

“Diversificar las actividades, fomentar la salida laboral, o impulsar el desarrollo del entorno”. Estas son algunas de las claves que Jesús del Río, coordinador de la cooperativa sin ánimo de lucro Kamira, utiliza para definir los nuevos objetivos de la apertura del albergue de Sorogain. El pasado mes de mayo el edificio de este idílico rincón del Valle de Erro abrió sus puertas con “las pilas cargadas y muchas ganas e ilusión por llevar a cabo este proyecto”. Un proyecto que, según del Río, “surgió desde el programa de juventud como una posibilidad de complementar actividades juveniles; pero sobre todo con la ilusión de que, junto al aprovechamiento del espacio, éste vuelva a ser un punto de referencia para el valle de Erro”.

El coordinador subraya el apoyo recibido por las autoridades del valle; pero además, tal y como recalca Patxi Zubiria, trabajador del establecimiento, “la acogida de los vecinos ha sido muy calurosa. La gente nos está agradeciendo que hayamos abierto”.

Otra de las metas de la entidad es “crear un vínculo entre las asociaciones y empresas del valle, con el fin de trabajar juntos”. Para ello, según ha explicado del Río, el albergue de Sorogain trabajará con productos de la zona, así como los proveedores del entorno.

VALORAR EL VALLE El actual albergue de Sorogain ofrece hospedaje a 48 personas, además de contar con un comedor con disponibilidad para unos 100 comensales; “pero además de los servicios hosteleros queremos ir más allá”, recalca Patxi Zubiria. “Queremos darle valor al valle y utilizaremos lo que el entorno nos pueda ofrecer para ampliar cada vez más nuestro abanico de servicios, el cual será cada vez mayor por lo que hemos visto hasta ahora. Esta zona es preciosa y cuenta con muchos tesoros”, indica.

Tal y como explica Kamira, todos los servicios del albergue están destinados a muchos grupos sociales; como familias, grupos de montaña, los peregrinos del camino de Santiago, o los transeúntes de la GR-11 y GR-12. “Además, queremos convertirnos en un destino para los campamentos escolares o posibles cursos, como el yoga al aire libre”, comenta del Río.

Junto a Patxi Zubiria, Lorena Etxarri también se ocupa de este nuevo proyecto, un proyecto al cual no dudo en sumarse, puesto que “es lo que quería: estar en un sitio maravilloso y ofrecer cosas que me gustan”. Según explica Etxarri, “ahora está en el presente y no piensa en el futuro, pero todos somos conscientes del trabajo que queda por hacer”.