elizondo - Dos tomates de gran tamaño, uno de 2,915 kilos cultivado en Narbarte y otro de 1,620 kilos recogido en Oronoz, han llamado la atención en un mal año de cosecha en la cuenca del Bidasoa a causa de un verano de poco sol y abundantes lluvias y días grises y húmedos. El primero de los ejemplares gigantes lo cosechó José Mari Urroz, que siguiendo la tradición familiar siempre guarda semillas de la reconocida clase Narbarte local, para sembrarlas al siguiente año. Lo cultivó en lugar protegido de los vientos y del frío y espera algún otro de tamaño similar. Su hermano pequeño lo cosechó María Cruz Goñi, del estanco de Oronoz-Mugairi. - L. M. S.