Aunque Rada cumplió medio siglo en 2012, no será hasta este domingo cuando se presente oficialmente, a las 13.00 horas en el Centro Cívico, el libro Rada, 50 años de historia. Se trata de la última obra de la periodista carcastilleja Sara Brun, autora también de un libro similar dedicado a Figarol y del documental Tierra de Esperanzas, en el que repasa la historia de las familias (más de 55.000 en todo el Estado) que en la década de los 60 abandonaron sus hogares, en plena dictadura franquista, para labrarse un futuro mejor en alguno de los 226 pueblos creados al amparo de la Ley sobre Colonización y Distribución de Zonas Regables (promulgada en 1949). El pantano de Yesa y el canal Bardenas también se gestaron en los años 50 de la mano del Plan Hidrológico Nacional.
En Navarra se construyeron cinco nuevos poblados: Rada, Figarol, San Isidro del Pinar, Gabarderal y El Boyeral, que se encuentra en estado de abandono. En el caso de Rada, según recoge el libro, la mayoría de los colonos procedían de pueblos cercanos como Caparroso, Mélida, Traibuenas, Murillo el Cuende, Carcastillo y Murillo el Fruto, así como de otros puntos de la geografía navarra como Lodosa, Marcilla, Cabanillas, Fustiñana, Sartaguda, Funes, Corella, Dicastillo, Cadreita, Monteagudo, Arguedas o Ezcároz, aunque también de Salamanca, Jaén, Aragón, La Rioja, Castilla la Mancha, Cáceres y Badajoz. “Esta colonización hay que imaginársela como la americana, con carretas, yegua, niños, gallinas, cerdos, etcétera”, subraya Brun.
Para optar a un lote, consistente en una parcela de 10 hectáreas para cultivar, una casa con corral, un carro, una yegua y una vaca (los aperos de labranza iban aparte), los colonos tenían que rellenar una solicitud y, solo si entraban en los parámetros establecidos por el Instituto de Colonización (ser agricultor, casado o viudo con hijos, saber leer y escribir, tener entre 23 años y 50 años y haber cumplido el servicio militar), podían participar en el sorteo de los lotes. En Rada se realizaron dos sorteos. El primero de ellos tuvo lugar en el antiguo cuartel de la Guardia Civil de Carcastillo, actual Residencia de Ancianos. “Seguramente la urna donde se metieron los números fue una boina”, explica la escritora. Pero no era oro todo lo que relucía, ya que “el lote era una adquisición a largo plazo y los colonos tuvieron que amortizarlo año a año, en concreto, la tierra a 20 años y la casa a 30, por lo que estas casas no han sido totalmente suyas hasta 2002”, relata Brun.
PRIMEROS COLONOS En 1962 se mudaron a Rada (localidad diseñada por el arquitecto Eugenio Arraiza y que por aquel entonces se encontraba en fase de construcción) entre 66 y 68 familias, mientras que un año después lo hicieron cinco más. El primer vecino fue el mayoral Tomás Gutiérrez, que llegó al municipio el 17 de diciembre.
“Es verdad que la historia la iniciaron los primeros colonos, pero está siendo la tercera generación la que está echando el pueblo para adelante con su decisión de quedarse a vivir en él”, explica la periodista, que hace suya la frase de dos vecinos del pueblo, de José Manuel Aicua y Agustín Pardo, quienes le comentaron durante una entrevista que “el oro de Rada son los nietos y biznietos de los primeros colonos”. Esta máxima la comparte también el Concejo de Rada, que en el libro dice: “Aquí llegaron nuestros padres y abuelos con la ilusión inmensa de darnos un futuro mejor a todos nosotros y consiguieron su propósito. Rada está construida con sudor, trabajo y alegría. La unión hizo fuerte a los primeros colonos y la unión tiene que darnos fuerza ahora a todos nosotros para conseguir que nuestro pueblo siga para adelante”.
En el capítulo de agradecimientos, Brun alude a algunos nombres propios, como el de Javier García Zabalza, el cura que le propuso el proyecto; el de la concejala Silvia Chivite; el del constructor del pueblo Manuel Lozano, que conserva una memoria privilegiada; o el de María Jesús Bravo, una vecina que le ha ayudado a organizar las fotografías que ilustran este libro de 468 páginas.
En total, se han publicado 700 ejemplares que se pueden adquirir por 20 euros en el Concejo. Los empadronados con casa en Rada, sin embargo, recibirán uno de forma gratuita. La obra está subvencionada por el Consorcio de Desarrollo de la Zona Media, por la Unión Europea (Fondos Feader), por el Concejo de Rada y por el Ayuntamiento de Murillo el Cuende (del que forman parte Rada, Traibuenas y Murillo el Cuende).
Por último, hay que recordar que el documental Tierra de Esperanzas se proyectará hoy en la Filmoteca de Navarra (Pamplona) a las 20.00 horas.