la localidad de Ujué acogió ayer, por decimoquinto año consecutivo, la Fiesta de las Migas, una cita obligatoria para los vecinos de la zona y una actividad ya consolidada en el calendario de los cientos de turistas que cada año se congregan en Ujué para probar el plato estrella: las migas de pastor. Aunque el evento estuvo a punto de ser cancelado por falta de presupuesto, el día de ayer resultó todo un éxito gracias a la buena organización y a los manjares que se sirvieron durante la mañana. Una vez más, los organizadores de esta cita fueron el Consorcio para el Desarrollo de la Zona Media de Navarra y el Ayuntamiento del municipio. “La gente se irá hoy de Ujué muy contenta”, apuntó la primera edil, María Jesús Zoroza.

La afluencia de personas fue similar a la de otros años, entre las que se sirvieron un total de 3.000 raciones de migas, que fueron preparadas esa misma mañana por los cocineros del Mesón Las Torres, del restaurante Uxue y de Pastas Urrutia. La propietaria del Mesón Las Torres, Ana Ibáñez, explicó: “las migas hay que servirlas calientes y, por supuesto, con un buen vaso de vino”. Por eso, poco antes de que diera comienzo el acto, la bajera de Anunchi Alcuaz fue el sitio donde se recalentaron las migas, elaboradas previamente para ser servidas a la multitud que esperaba impaciente. En las cuatro mesas donde se rellenaron los cuencos de barro se colocó también un soporte con brasas que mantenía la temperatura de las migas para su mayor disfrute.

Para calentar motores, Ana Ibáñez realizó una exhibición de preparación masiva de rosquillas, la cual volvió a tener éxito. “Había tanta gente que más de la mitad se han quedado sin probar mis rosquillas”, afirmó la cocinera. Además, desveló la clave de su buena fama: “nosotros echamos poca harina, para que la masa sea más suave que la de una rosquilla. Así, cuando la abres parece más un bizcocho y tiene una textura mucho más agradable. A la gente le gusta mucho”.

La alcaldesa de la localidad indicó que este año se habían vendido “unos 1.000 tarros, de los cuales salen tres o cuatro raciones grandes para cada persona, con un precio de 2,5 euros cada tarro”, manteniendo así el precio desde hace dos años. Además de las migas, se sirvió el tradicional caldo de las abuelas o caldo de ajo, que contiene vino de Ujué, totalmente gratuito.

“Hoy ha sido un día muy bonito porque el buen tiempo ha acompañado a la artesanía que ha ocupado las calles; además, ha salido una fanfarre que ha llenado de música la plaza”, dijo la alcaldesa de la localidad, muy contenta por el éxito de la Fiesta de las Migas.

Coincidió con la misma opinión sobre la jornada Ana Ibáñez, quien indicó que “se agradece que venga tanta gente a un pueblo donde vivimos tan pocas personas”. “Al final, nos han faltado migas para tantos visitantes”, añadió.

Las calles estuvieron repletas durante todo el día, donde se pudo disfrutar, además del plato estrella, de un mercadillo medieval. En los puestos se podían encontrar productos típicos de la zona como las almendras garrapiñadas y las pastas, y otros como queso y tartas para todos los gustos.

Así, Ujué recibió ayer a cientos de personas que satisficieron su apetito y el día, que estuvo a punto de ser anulado por falta de presupuesto, resultó ser un éxito, como viene siendo durante los quince años que cumple la cita.