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ABRAZO MULTITUDINARIO A SAN FERMÍN

Miles de personas acompañaron al santo en su procesión por las calles del Casco Viejo Las agrupaciones musicales Gracia Navarra y Tuna Antigua de Navarra dedicaron dos emocionantes actuaciones en sendas paradas del desfile

ABRAZO MULTITUDINARIO A SAN FERMÍN

PAMPLONA - Un cielo gris que amenazaba con lluvia no fue impedimento para que miles de pamploneses y pamplonesas salieran a las calles del Casco Viejo para celebrar el último día de las fiestas del barrio; día grande, como grande fue la masa que acompañó a la figura de San Fermín de Aldapa en su recorrido por el burgo de la Navarrería.

Aunque la cita estaba programada para las 12.00 horas desde la Basílica del santo, en la plaza de los Corazonistas, la misa que se celebró minutos antes se retrasó, por lo que los presentes tuvieron que esperar 32 minutos más para poder ver al protagonista de ayer.

En la puerta se congregaban impacientes los miembros del colectivo Duguna Dantza Taldea, los integrantes de La Pamplonesa y la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, además de cientos de personas devotas a San Fermín. Entre ellas, la pamplonesa Puy Arbeloa, que desde hace “muchos años” acude a esta procesión. “Me gusta incluso más que la del 7 de julio, porque me da la sensación de que ésta es algo más cercana, más de los de aquí para los de aquí”, señaló Arbeloa poco antes de que se iniciara el acto. “Pero ojo, no quiere decir que sienta más emoción en una que en otra; las dos son igual de importantes”, añadió esta vecina.

“Me sorprende que no acuda, al menos de forma oficial, ningún miembro del Ayuntamiento”, comentó Francisco, un vecino del Casco Viejo. “Al final, es el mismo santo que se venera en julio, aunque la figura sea diferente; es lo que hace mundialmente conocida a esta ciudad y creo que, si se dejan ver en Sanfermines, también deberían hacerlo hoy” -por ayer-, opinó.

Sí que estaban presentes los cinco miembros de la corporación txiki, elegida hace diez días y que se estrenó el viernes, con el lanzamiento del chupinazo de estas fiestas populares: el alcalde Willy Smith Quiroga, de 8 años, las concejalas Diana Chambi, Ana Khadi Loum y June Senosiáin, de 8 y 9 años respectivamente; además del edil Mikel Carrera, de 9 años.

BAILE PARA EMPEZAR A las 12.32 horas, San Fermín de Aldapa salió sobre los hombros de cuatro costaleros, miembros de la peña El Bullicio: Manuel Burucelay, Arturo Fernández, Juan Antonio Ruiz e Iñaki Ruiz, apoyados por David Hernández, que ofrecía sus hombros para poder llevar a cabo los intercambios. Instantes después, cuatro jóvenes dantzaris bailaron frente al santo; una danza la que se sumó el resto del conjunto del Duguna Dantza Taldea, ofreciendo un espectáculo de Ezpata-Dantza (baile de espadas) lleno de sonido, gracias a los gaiteros y las decenas de cascabeles que cuelgan de cada uno de los trajes de los bailarines, y el color, principalmente rojo y blanco.

Así se inició esta procesión, encabezada por la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, seguido de los dantzaris, los gaiteros, un grupo de jóvenes del barrio que llevaban ramos de claveles blancos y rojos, la corporación txiki, el santo, los miembros de la Basílica y La Pamplonesa.

Al poco de comenzar, la comitiva hizo un parón al entrar en la calle del Carmen; el grupo Tuna Antigua de Navarra, formada por extunos, le dedicó al santo la Aurora de San Fermín; una actuación que, a su fin, fue compensada con fuertes aplausos. Lo mismo ocurrió en la calle la Mañueta, cuando el grupo de jotas Gracia Navarra dedicó dos jotas inéditas al copatrón de Navarra. Escritas por la artajonesa María Antonia Iglesias, residente en Barcelona, una de ellas fue interpretada en solitario por la directora de la agrupación, Elena Leache.

Minutos después, al dar la vuelta por Navarrería para volver a Corazonistas, la procesión se mezcló con una multitud de fieles a San Fermín y otras personas que disfrutaban de la fiesta por la calle, como en la feria de artesanía de la calle Mercaderes o de los bares de Navarrería. Los aplausos y vivas al santo se pudieron escuchar en cada tramo del recorrido. A su vuelta a la Basílica, el bandeo de campanas recibió al santo, al igual que el baile de los gigantes y un pasillo de kilikis, cabezudos y dantzaris. Una vez guardado San Fermín de Aldapa, uno de los costaleros, Iñaki Ruiz, aseguró que es un honor portar el santo por las calles. “Aunque es un poco duro, porque pesará unos 100 kilos, así que en cada parada hacemos un cambio para cargar en el otro hombro”, apuntó. “Cuesta, es mucho peso, pero tampoco para estar de baja tres semanas”, bromeó.

BAILE PARA ACABAR La procesión duró alrededor de una hora. Tras ella, los dantzaris acudieron a la plaza Consistorial para protagonizar el último acto oficial de las fiestas de San Fermín Txikito: la Ezpata-Dantza. Cientos de personas abarrotaron el coso para ver este popular baile, en el que sus protagonistas cruzan espadas, esta vez de madera, formando puentes bajo los que desfilan. A su vez, al final del acto, otro miembro del grupo ondeó una gran bandera verde de Pamplona.