tudela - Ha tardado más de lo previsto, pero la parte superior del parque de la Champiñonera de Tudela vuelve a estar abierta al público tras varios meses cerrada. La brigada municipal ha retirado esta semana las vallas metálicas que protegían esta zona después de reparar las últimas deficiencias que habían aparecido en la parte del mirador, donde incluso había cedido la barandilla. Según explicó el concejal de Ordenación del Territorio, Joaquim Torrents, los trabajos que se han llevado a cabo a lo largo de estas últimas semanas se han centrado en reparar y fortalecer la zona que se había hundido. No obstante, todavía queda por actuar en la ladera que da al parque de Bomberos de Tudela donde hay un pequeño hundimiento que la brigada municipal ha protegido con unas vallas metálicas a la espera de poder acometer la obra.

Los trabajos que se han realizado en la zona del mirador del parque de la Champiñonera han supuesto una inversión de más de 4.100 euros que ha sido sufragada íntegramente por el Ayuntamiento de Tudela. En este sentido, cabe recordar que en mayo del pasado año la administración municipal acordó con la empresa constructora dar por concluida una obra que comenzó en el año 2006 y que, tras haber invertido cerca de 2,5 millones, sigue dando problemas cada poco tiempo.

En virtud de este acuerdo se eximió de responsabilidad a la dirección de obra y a Obenasa, a la que se le devolvió la fianza de 3.333 euros que había depositado. La decisión se tomó pese a que restaban deficiencias por acometer y se hizo para evitar demandas judiciales mutuas. Los últimos trabajos realizados por la constructora en este parque tuvieron un coste que rondó los 8.250 euros y consistieron en el arreglo del hundimiento e hinchamiento de la última rampa del parque, a muy pocos metros de donde se ha actuado ahora. En concreto, se levantó una zona de unos 25 metros cuadrados para retirar la capa de zahorra artificial y la de relleno de arcillas para volverla a rellenar con zahorra artificial compactada. Para que Obenasa se comprometiera a llevar a cabo estas obras, el Ayuntamiento se vio obligado a renunciar al arreglo de varios bordillos laterales de la rampas pavimentadas, unas obras cuyo coste se estima que ascendía a casi 60.000 euros.