la que es de largo la cerveza mexicana más conocida en el mundo, y mucho, pero que mucho en el Valle de Baztan de donde es familiarmente originaria la Coronita, como se le conoce en el Estado español y otros países, va a dejar de llamarse así para pasar a llamarse Corona, que es como se vende en el resto del planeta. Para la popularísima cerveza, que se creó y empezó a fabricar por iniciativa de un elizondarra, Braulio Iriarte, de la casa Martindenea de Txokoto, emigrante casi de crío y empresario de los más relevantes, incluido entre “los 20 hombres de negocios que más influyeron en la historia económica” y en el desarrollo industrial de México.
La actual fabricante AB Inbev comercializará al fin en la forma que deseaba, rebautizándola Corona por el más cariñoso y amigo (parece) Coronita. El cambio de marca será en junio, lo que permitirá a la que es conocida como “la cerveza más fina” aterrizar en los chiringuitos de playa con el calor y su denominación más internacional.
Hasta ahora se intentaba evitar el conflicto de nombres con el grupo catalán Torres, que vende una de sus referencias con el nombre de Corona, pero el gigante de las bebidas alcohólicas quiere catapultar su cerveza de sabor suave al top ventas, según se ha confirmado. Por ahora, la renombrada como Corona seguirá 100% de importación, como lo son otras referencias de cerveza de la multinacional AB Inbev como la belga Leffe o la alemana Franziskaner. A sus fieles, por su origen baztandarra y porque nos lo pide el cuerpo, no es fácil que cambie su diminutivo “de toda la vida” por el más monárquico que le llega, pero la realidad es la que es; mercantil, o sea.
Braulio Iriarte Goyeneche marchó a México en 1877 con 17 años, sin estudios ni formación académica, pero con una visión empresarial de esos contados que dicen que “ven crecer la hierba”. Se ocupó en una panadería, pero a principios del siglo XX ya era un gran empresario panadero y propietario de unas ochenta panaderías. Pocos años más tarde, era dueño de la fábrica de harinas El Euskaro y del molino Beti Ona de la Compañía Veracruzana (puerto de Veracruz) con sus sobrinos Agustín Jauregui Iriarte (Elizondo, 1890) y José Larregui Iriarte (Elbete, 1899).
Fundó la Cervecería Modelo, fabricante de la Coronita y consiguió una fortuna que compartió con generosidad con su pueblo natal. Construyó el frontón que lleva su nombre, financió la segunda de las torres de la iglesia y en la riada de 1913 envío ingentes sumas de dinero propio y recolectado entre los baztandarras. Cambia el nombre y es que quizás don Braulio se merecía una Corona.