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Erkuden y la búsqueda de sus orígenes

Mañana se cumplen 38 años del nacimiento de Erkuden Zeberio en Pamplona, donde su madre dio a luz tras un embarazo oculto en la Ultzama. Tres días después llegó a Altsasu con sus padres adoptivos

Erkuden y la búsqueda de sus orígenesCEDIDAS

La historia de Erkuden Zeberio Fernández es como la de muchas personas adoptadas que quieren saber de su origen y de su otra familia, la biológica. Su búsqueda comenzó hace cinco años, aunque desde siempre la ha tenido en mente. “Mis padres adoptivos nunca han escondido que soy adoptada, pero me dijeron que estaban muertos. A los nueve o diez años me comentaron que podrían estar vivos y desde entonces he sentido la necesidad de buscar a mi madre biológica” señala esta altsasuarra. “Tengo curiosidad por conocer a mi familia biológica. No quiero reprocharles nada. Necesito tener contacto con ellos, saber cómo están, saber si tengo hermanos o hermanas y, si es posible, entablar una relación” apunta.

En esta búsqueda ha seguido todas las pistas que ha podido encontrar en el archivo del Arzobispado de Pamplona y en el Registro Civil. Asimismo, ha hablado con el médico que atendió a su madre biológica en el parto, con la congregación donde ocultó su embarazo. También ha dado a conocer su caso en televisiones, periódicos, revistas y páginas de Internet. Pero hasta ahora su búsqueda ha sido en vano.

Erkuden Zeberio nació el 16 de mayo de 1978, a las 9.00 horas como precisa, en la extinta clínica del doctor Gortari, en Pamplona. Así, mañana cumplirá 38 años, un día que posiblemente su madre biológica no habrá olvidado. “Una vez dio a luz, estuvo en la habitación número 4” puntualiza Erkuden Zeberio. Al respecto, señala que era habitual que si las madres biológicas preguntaban por el sexo del bebé que habían tenido, les dijeran el contrario. “Ella tuvo una niña muy fuerte y sana de 2.900 gramos y 49 centímetros. Ese día nacimos cinco bebés en la misma clínica, pero fui la única a esa hora y con ese peso y talla” apunta.

Tres días después llegó a Altsasu con su familia adoptiva. “Según me dijeron mis padres, nunca vieron a mi madre biológica. Solo les dijeron que era muy joven y que le gustaban mucho los niños pero que no podía quedarse conmigo” apunta.

Miles de veces se ha preguntado cuáles eran las razones, cómo será, si tiene hermanos biológicos? preguntas para las que no ha encontrado respuestas. Hasta la fecha cuenta con diferentes documentos que sus padres adoptivos le dieron, como los de su estancia en esta residencia, datos del parto, de la clínica, del Registro Civil, las escrituras de adopción, con los que ha construido un relato incompleto de su historia.

LA PISTA DE ULTZAMA “Mi madre biológica estuvo ocultando su embarazo desde el día 28 de enero hasta el 31 de mayo de ese año en la Residencia Santa Teresa de las Misioneras de Jesús, María y José en Guerendiáin,” apunta Erkuden Zeberio. Hasta allí acudió hace tres años en busca de información. “En el pueblo hay ancianos que recuerdan a las mujeres ingresadas en la residencia” señala, al tiempo que explica que “la mayoría de esas chicas, casi siempre muy jóvenes, llegaban a Guerendiáin porque debían esconder forzosamente el embarazo, ya por no poder afrontar el nacimiento de un hijo debido a cuestiones económicas o reticencias familiares. Cada una tenía una historia diferente”.

En aquel viaje a esta localidad de la Ultzama charlaron con una vecina que le dijo que “su cara le era familiar”. “Me dijo que le recordaba a una chica que había estado en la residencia, pero que no me podía indicar de dónde era, pues por allí habían pasado muchas jóvenes, pero que podría ser de la Ribera o al menos eso le sonaba” recuerda Erkuden Zeberio, que se aferró a esta pista. Así, contactó con una revista local que elaboró un reportaje sobre su búsqueda. También sin resultados Pero no se rinde. Así realiza un nuevo llamamiento a su madre biológica o alguna persona que reconoce en su rostro a una mujer que tendrá unos 55 años. “Les agradecería que me mandaran un correo a garciamaramara@gmail.com. Sería un gran regalo” afirma.

Erkuden Zeberio descarta que sea un bebé robado. “Hay facturas a nombre de mis padres adoptivos que son de los pagos para material médico, ropa para el bebé, viajes a Pamplona desde Guerendiáin? Está claro que la adopción era algo arreglado desde el embarazo” afirma. Al respecto, apunta que “a las madres biológicas les solían decir que la estancia era gratuita pero quién pagaba su estancia en pensión completa, medicación, cuidados, revisiones, parto, estancia en la clínica y otros gastos eran los padres adoptivos”.

En el libro de partos aparece registrada como África Otero Guerendiáin. Era costumbre que tuviera relación con la procedencia de la mujer el primer apellido y el segundo el del médico que le atendía en el parto o postparto. Precisamente, esta circunstancia le llevó a pensar que el origen podría ser gallego. Se puso en contacto mediante una red social con un grupo llamado “gallegos por el mundo”, pero tampoco dio resultado. No obstante, como apunta Erkuden Zeberio, en la gran mayoría de los casos, el nombre con el que se registraba a la parturienta era falso, al igual que los nombres de los padres biológicos que figuraban en la partida de nacimiento del Registro Civil. En su caso son José Pérez y Pilar Sánchez.

Otra pista le llevó a Burgos. “He podido saber por un familiar que mi madre biológica vino a trabajar a Vitoria-Gasteiz a una casa o a una cafetería. Por entonces, mis padres adoptivos contactaron con una señora que se dedicaba a ayudar a jóvenes que se quedaban embarazadas y les buscaba un lugar donde ocultar el embarazo y un hogar para esos hijos que daban en adopción” indica Erkuden Zeberio. Según le contó ese familiar, llegó a Guerendiáin en taxi un 28 de enero. Ese día nevaba.