El Arga a su paso por la ciudad, calidad pero con riesgos en verano
La CHE advierte que habrá que esperar al 2027 para cumplir los objetivos de mejora de Europa El mayor problema se localiza aguas abajo de la ciudad (Arazuri) con un estado “inferior a bueno”
PAMPLONA. El río está sano y vivo en su tramo más urbano, el que atraviesa la ciudad, y prueba de ello es la cantidad de especies que anidan y crecen a su alrededor. La MCP acaba de promover por ello un estudio sobre la fauna presente en el Parque Fluvial de la Comarca (ríos Arga, Ultzama, Urbi, Elorz, Juslapeña y Sadar) para identificar y conocer las diferentes especies de su fauna como es el caso del visón europeo, en peligro crítico de extinción a nivel mundial.
La calidad del agua es un indicador de esta diversidad si bien no todo el Arga es uniforme a la hora de pasar el test de control. De hecho, los propios informes de la Confederación Hidrográfica del Ebro (último de 2014) ponen de manifiesto que el tramo del río Arga que comprende desde el Ulzama (Villava) hasta el Elorz (Etxabakoitz) mantienen una etiqueta -Estado Final asignado a la masa de agua- de Bueno, no así la parte que discurre entre el Elorz (Etxabakoitz) y el río Juslapeña (Arazuri) y el Araquil (Ibero), que arrastra un estado ecológico “Deficiente” y un estado final “Inferior a Bueno”.
Como consecuencia de esta situación los objetivos contemplados para el río Arga desde el Plan Hidrológico del Ebro (CHE), en cumplimiento de la Directiva Marco del Agua, se han visto prorrogados. “La situación no es buena, la contaminación generada en Pamplona, más otras anteriores, repercute en el conjunto del río, que se empieza a recuperar cuando se junta con el río Aragón”, asegura Fito Jiménez, ex técnico de CRANA y referencia en temas medioambientales. De hecho, ni en 2015 ni en 2021 se podrá cumplir (dos prórrogas) el reto planteado en la directiva europea para mejorar el estado del río (mantener el río limpio) y habrá que esperar hasta el 2027. La propia CHE asume en su último informe de 2014 (calidad de las masas de agua) el “alto” riesgo de incumplir los objetivos medioambientales establecidos en la Directiva Marco de Aguas (año 2000) para el tramo pamplonés del Arga. El proyecto WAT, un programa de cooperación transfonterizo en el espacio Sud-Oeste europeo (SUDOE) 2007-2013 en el que se implicaron administraciones públicas, grupos de investigación y entidades del agua de tres países (España, Francia y Portugal), pretendía establecer diferentes líneas estratégicas para mejorar la gestión del agua. El estudio específico que llevaron a cabo el Gobierno, NILSA y la MCP para la zona del Arga concluía que el tramo del río aguas abajo de Pamplona se encuentra en “riesgo” de no alcanzar los objetivos ambientales de la DMA para el 2015 según el proyecto del Plan Hidrológico. Pese al buen funcionamiento de la estación depuradora de Arazuri se ha detectado que las “tormentas en la Comarca de Pamplona, debido a que no toda la red es separativa, generan alivios de aguas sin depurar al río”. Además, la sobrecarga en la red supone “desequilibrios operativos” en la estación que reducen su rendimiento. Se plantea a su vez que la mejora de la calidad del río Arakil antes de la desembocadura en el Arga, y de la gestión del funcionamiento de la hidroeléctrica de Ibero, permitirían mejorar la calidad del Arga. Una adecuada gestión de los caudales de estiaje desde Eugi es consecuente con “un caudal ecológico”, abundan. Otra propuesta es acometer un “plan de choque” para minimizar el impacto de los vertidos existentes. También se alude a los efectos negativos sobre el río Arga de las presas de Sarria (Gares).
Fito Jiménez (URA Nueva Cultura del Agua) reconoce que el estado del río, a su paso por Pamplona, ha mejorado sensiblemente desde que se comenzó a “respetar” las orillas y se crearon los colectores que llevan las aguas residuales hasta la depuradora. Respecto a la calidad de las aguas, admite que sigue habiendo problemas en verano ya que el caudal que baja es muy pequeño y, a su vez, el Ulzama llega en parte contaminado por la actividad ganadera. “Existe cierta controversia sobre la conveniencia o no de que Eugi suelte más agua en verano”, apunta. En relación a la vegetación de ribera, los caminos del parque fluvial y su jardinería “se acercan demasiado a la orilla”.
Por otro lado, sobran presas, muchas de ellas en desuso, al igual que hay motas que “restringen excesivamente el río”, especialmente en Burlada. “Lo que se ha hecho en la Runa es un buen ejemplo de protección urbana contra las inundaciones que compagina esta solución con dejar espacio al río para expandirse”, indica Fito.
cosméticos enemigos Camino Jaso, directora del área de Ecología Urbana y Movilidad del Consistorio pamplonés, coincide que en el tramo de Pamplona no está el problema del Arga sino aguas abajo de la depuradora. “Vivimos más de 200.000 habitantes, por no hablar de Sanfermines donde la carga resulta mucho mayor. En la planta de Arazuri básicamente se depura la materia orgánica”, expone. Debido a las escasas competencias en esta materia “poco podemos hacer, más allá de trabajos de prevención y mitigación”. “ Por ejemplo, hay temas muy importantes como los contaminantes emergentes de productos que antes no existían y que ahora están creando graves problemas en la fauna piscícola. Es el caso de las hormonas que se encuentran en cremas antisolares y cosméticos con productos orgánicos, o productos de limpieza químicos que cada vez son más. Desde la educación ambiental y de los hábitos de consumo se puede hacer una labor preventiva”, observa. “Sí que está en nuestras manos mantener unas riberas en buen estado, que no se draguen los ríos, lo que resulta nefasto para la calidad de agua, y tener un cauce sano y unas riberas sanas”, abunda. El Ayuntamiento de Pamplona maneja cinco puntos de análisis del agua del Arga, además de las muestras que recoge el Ministerio y el Gobierno de Navarra. Se trata de muestreos físicoquímicos. “No tenemos especial problemas de contaminación de metales pesados, por ejemplo. Y funciona bien la separación entre los vertidos industriales que se asimilan a urbanos. El problema es la cantidad de materia orgánica que se acumula”, resalta. “Si tuviéramos un río Ebro el vertido de Arazuri sería una tontería, el problema es el caudal, además de otras problemáticas específicas que tiene el río”, apostilla.
Los tributos. En los tiempos en que Pamplona estaba amurallada el viejo puente medieval era una de las dos únicas entradas junto con el puente de San Pedro, más antiguo que el de la Magdalena. El tributo a pagar para poder pasar y entrar así a Pamplona lo administraba la familia Marichalar.
Más en Navarra
-
El Gobierno de Navarra activará la lista de aspirantes de Maristas para sustituir las renuncias
-
Larrasoaña acogerá la fiesta del Euskera del valle de Esteribar
-
Auritz/Burguete rinde homenaje a la visita de San Francisco de Javier en 1525
-
Exposición colectiva con más de 300 obras de alumnos de la Escuela Municipal de Arte