una página de Internet que diariamente nos traslada en sepia a hechos históricos, tradiciones y usos de nuestro país, acaba de seleccionar y aconsejar como libro de la semana (insuficiente para la salud mental, mejor si pueden ser al menos dos) el titulado Ramuntcho de Pierre Loti y otros relatos del País Vasco, añadidos por Alain Quella-Villéger y Bruno Vercie, se edita en francés y puede que se traduzca al euskera o al español. Ramuntcho se publicó en 1897 en París, y supuso un cambio radical en la temática de la obra de Loti, impenitente viajero que con anterioridad situó su creación literaria en países remotos y exóticos a los que le llevaría su condición de militar de la Marina francesa
Pierre Loti (Rochefort 1850-Hendaia, 1923) ya era célebre por Aziyadé (escrita en Estambul en 1879) y se le conocen no menos de cuarenta y tres obras, las dos últimas a título póstumo y publicadas por Samuel, su único hijo legítimo. En Ramuntcho exalta el costumbrismo y el tipismo regional del País Vasco francés, que Pierre Loti conoció al ser destinado a Hendaia desde 1891, donde ”se enamoró del lugar y la vida armoniosa y sencilla de sus gente” y donde moriría en 1923. Se centra en el amor frustrado entre Gatchutcha y Ramuntcho, pescador, aventurero y contrabandista como no podía ser de otra forma, destaca por su evocación melancólica y triste del paisaje, montañas y playas de los Pirineos Atlánticos y “se cree que puede haber elementos autobiográficos en la obra”.
Parece que conquistado por los encantos del país (y de alguien más), eligió este escenario para su relato, en el que la exaltación del tradicionalismo y tipismo reemplazan al exotismo de otros que recorrió y le eran tan queridos. Dos jóvenes vascos, Gatchutcha y Ramuntcho, se aman y prometen casarse cuando él cumpla el servicio militar. Al regreso, su prometida, impulsada por el odio de su madre hacia Ramuntcho, ha ingresado monja y ha pronunciado sus votos, intenta raptarla, entra en el convento pero la religiosidad y la fraternal indiferencia de Gatchuucha le hacen renunciar y desesperado marcha hacía América.
La novela, con todos los ingredientes y atavismos vascos, logró un gran éxito y la hicieron popular. Es evidente que el novelista se enamoró y conoció el carácter del País Vasco y además se dio la circunstancia de la relación que establece en 1893 con Juana Josepha Cruz Gainza (Crucita) y tendrán tres hijos Raymond Gainza (Ramuntcho), Alphonse Lu-cien Gainza y Charles Fernand Gainza, pero por lo que sea con el apellido de su madre. Hay quien sostiene que Ramuntcho es el propio Pierre Loti, que al llegar olvida de su pasado de hombre de mundo, se pone boina, se hace contrabandista y juega a pelota, pero no cambia su alma. La obra de Loti es aquí su más conocida, normal, y su reedición un rasgo amable y sentimental aunque quizás alejado de su tiempo. - L.M.S.