Mujer roncalesa, historia y trajes
La 8ª edición del día de la indumentaria volvió la vista al siglo VIII sobre un guión de 1.200 años
Isaba rindió homenaje ayer a la mujer roncalesa, a su valor, sensatez y capacidad de estrategia, en una representación teatral bajo el sol que llenó la plaza de la Villa de vecinos y allegados, en el marco de la octava edición del Día de la Indumentaria Roncalesa, una jornada en la que se da a conocer la riqueza de su vestimenta en sus variantes intercaladas con parcelas de la historia de la villa.
Txintxilaire, el grupo de teatro local nutrido y renovado, llevó a escena una especial representación de los acontecimientos acaecidos en Isaba en el siglo VIII, durante la ocupación de las tropas musulmanas que, tras la batalla de Guadalete (711), se extendieron desde el califato de Córdoba hasta los Pirineos. La singularidad del acto es que el guión estuvo basado en un documento aparecido en la Biblioteca Nacional en Madrid, un guión escrito hace algo más de 1.200 años, base documental a lo que hasta ahora era sólo una leyenda llegada hasta nuestros días vía transmisión oral. “Siempre creímos que era una leyenda, pero el libro encontrado nos narra con todo lujo de detalles y conversaciones parte de la historia desconocida. Lo que hemos hecho es sólo una ligera adaptación, después de un importante trabajo de su transcripción completa”, explicaba Fernando Hualde, historiador local y miembro de Kurruskla.
rebeldía y valor Asediados, presintiendo el final, las autoridades de los siete pueblos del valle acordaron matar y enterrar a sus mujeres e hijas mayores de diez años para no someterlas a los atropellos de los musulmanes. Prudentes y belicosas, éstas acordaron por su parte, unirse a los hombres y pelear todos juntos, acuerdo que progresó finalmente con la sentencia: “Si tenemos que morir, moriremos todos juntos”.
Lo que ha trascendido de esta historia es el valor de la mujer roncalesa y de su palabra, al tiempo que forma parte de la leyenda que fue una roncalesa la que cortó la cabeza a Abderraman, leyenda grabada en su escudo y que da color rojo de sangre a su falda.
Historia e indumentaria van unidas y hablan por sí mismas de la identidad de las gentes del valle y de su forma de vida. Asi se vio en las 13 variedades de trajes y vestidos, sobre todo de uso festivo, desde los medievales femeninos hasta la actualidad. Como en los masculinos, regidores, pastores y almadieros, oficios identitarios y de subsistencia.
Ayer en torno a su indumentaria, otras ocasiones, en su euskara roncalés, Isaba y el valle se cohesionan con sus raíces más profundas.
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