“Existen una serie de hijos de la ciudad muertos en la Cruzada, que dieron su vida en sus mejores años por el bien de todos, que no han sido honrados aún para designar las nuevas calles que se construyan en Tudela. Por muchos desvelos que nos tomemos las personas jamás podremos igualar el sacrificio heróico de los que dieron todo, incluso su vida, por esta nueva España. Los caídos deben tener preferencia para esta clase de honores y distinciones ya que por mucho que sea nuestro sacrificio jamás igualará al de los que dieron su vida por Dios y por España”. Este discurso, leído por el entonces alcalde de Tudela Daniel Solano el 25 de marzo de 1959 refleja buena parte de las motivaciones que impulsaron a la Comisión Técnica de la Memoria Histórica, nombrada por el Parlamento de Navarra, a declarar como “simbología franquista” a las 49 calles del Barrio de Lourdes que tienen nombres de tudelanos muertos en el frente y pertenecientes al denominado Bando Nacional.
El Consistorio ha solicitado presupuesto a tres empresas para cambiar las placas y una vez que se adjudique se procederá a la paulatina retirada a mediados de este mes de agosto. El proceso, que comenzó en marzo de 2016 con la consulta a todos los grupos políticos y a asociaciones del propio Barrio de Lourdes, llega a su fin. Será el mayor cambio de nombres de calles en Tudela desde noviembre de 1980 cuando calles como General Franco, General Mola, Primo de Rivera o 19 de julio desaparecieron hasta completar la cifra de 57.
la ley En el censo entregado el pasado mes de enero por la comisión, y asumido por el Gobierno de Navarra, se indica que “los caídos por Dios y por España se convirtieron en mártires de la patria y colocados en el eje de la simbología franquista. En algunos casos son utilizados de forma colectiva, como es el caso del Barrio de Lourdes de Tudela (o como la Txantrea en Pamplona), como un elemento de exaltación, justificación y puesta en valor de la violencia como instrumento de defensa de unas ideas políticas. Los logros urbanísticos del régimen franquista se presentaron en los años 40 y 50 como éxitos que la sociedad debía agradecer al sacrificio de quienes habían muerto en la guerra en el bando victorioso. No se trata del valor simbólico de nombres concretos sino de trascender lo concreto y tener en cuenta el simbolismo y la exaltación de la violencia que representa la razón por la que se eligieron esos nombres”.
Esta cita, junto con el artículo 11 de la ley foral 33/2013 (aprobada bajo gobierno de UPN) que señala que “el Gobierno de Navarra, en el ejercicio de sus competencias, tomará las medidas oportunas para la retirada de escudos, placas o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas” son el eje de la polémica generada en Tudela.
UPN, PPN y el concejal no adscrito (ex edil de Tudela Puede), José Ignacio Martínez, han defendido el hecho de que lo dictado por la comisión son “recomendaciones” y no “obligaciones”, por lo que no es necesaria su retirada. Además, se han apoyado en el criterio del informe del secretario municipal y de muchos vecinos que no veían necesaria su retirada porque eran tudelanos “que lucharon en este bando muchas veces obligados y no tuvieron parte en la represión ni en el régimen franquista”.
Respaldando este contenido, el concejal popular José Suárez aseguró que “después de cuatro generaciones, la sociedad española tiene este tema más superado que lo que quieren mostrar algunos extremismos” y añadió que “decir que no es obligatorio es una opinión tan válida como la otra. Solo los jueces pueden decir que hay que cumplir la ley. Es cierto que fueron usados como símbolos, pero hoy no constituyen exaltación. Las calles cumplen con la ley porque hoy no exaltan al Franquismo”. En apoyo de este criterio la concejala de UPN Maribel Echave acusó al tripartito de “usar la ley de Memoria Histórica para el revanchismo. Los nombres son de tudelanos que vivían en el Barrio” -aunque este barrio se construyó 20 años después de su muerte-. En el pleno del 22 de julio en que se aprobó la medida, Echave concluyó pidiendo que “se den nombres a calles de muertos en el bando republicano, nos da igual”.
Dentro de esta oposición, el concejal no adscrito José Ignacio Martínez Santos recogió más de 2.000 firmas de vecinos que no querían que se cambiaran los nombres de las calles, algo que fue señalado por el tripartito (I-E, PSN y Tudela Puede) como “llamar al incumplimiento de la ley”. Sin embargo, Martínez se defendió señalando que “nunca hemos dicho que queramos incumplir la ley, solo hay diferentes maneras de interpretarla”, aunque al mismo tiempo anunció que realizaría una consulta popular y que lo que se pretendía era “cambiar el sentido de la historia. Han conseguido enfrentar a gente trabajadora”.
En 2008, el TAN determinó que el barrio de la Txantrea debía eliminar los nombres de varias calles por la misma razón que en Tudela y obligó al Ayuntamiento de UPN a aplicar la medida. En la resolución se señalaba que “el argumento de que las personas homenajeadas con sus nombres en las calles no eran especialmente significadas, siendo lo único común en ellas el hecho de haber muerto en la Guerra Civil combatiendo en el denominado bando nacional, trabaja en contra de su tesis. Es decir, lo determinante para haber sido elegidas es su carácter de símbolo, mártir de una causa”.
ético Lejos de las justificaciones legales, existe un razonamiento ético y emocional que recuerda que más de 70 tudelanos y tudelanas fueron asesinados en cunetas, tapias y descampados cercanos (algunos restos no se han recuperado) como consecuencia del régimen que ensalza estas calles. El genocidio dictado por Mola el 25 de mayo de 1936, antes del golpe de Estado, era claro, “se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo. (...) Serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al movimiento, aplicando castigos ejemplares para estrangular los movimientos de rebeldía o huelgas”. La Guerra Civil dividió familias, vecinos, amigos y la ciudad en general, dejando un reguero de muertes en el frente (en ambos bandos aunque solo se conozcan los del nacional) pero también asesinatos sin juicio en retaguardia de hombres y mujeres, solo por ser de izquierdas o haberse significado.
Tras tres años de horror se impuso una dictadura que decidió recordar a unos pocos elegidos, solo pertenecientes a un bando, para exaltar un régimen y servir de escarnio de quienes habían sufrido humillaciones y represión. El mejor escaparate posible era un nuevo barrio que nacía en Tudela en 1950 para gente trabajadora. Sesenta años después se ha dado el paso definitivo para tratar de paliar esa injusticia y el paso del tiempo o la falta de memoria no debe ser excusa.
En el pleno del pasado 22 de julio la concejala de I-E, Sofía Pardo (pariente de un fusilado), señaló que “conozco el dolor de una pérdida y el alivio de una exhumación. Somos el segundo país después de Camboya con más desparecidos. Claro que es urgente la recuperación de la memoria, es urgente y es de justicia”. Su compañero de equipo de gobierno, José Ángel Andrés (PSN) añadió que “el cambio de nombres es una reivindicación ética, política y social. El PSOE ha sido atacado en la Guerra Civil, con la Dictadura y con la Democracia. Buscamos reparar a quienes fueron represaliados y asesinados”. El tercer integrante del tripartito, Tudela Puede habló por boca de Daniel López, “Hay que cumplir por obligación, pero también por verdad, justicia y reparación. Se empieza por el olvido y se acaba en la indiferencia y no queremos que ciertas cosas caigan en la indiferencia”.
Desde la oposición, solo la CUP respaldó esta postura apuntando que “incumplir la ley es votar en contra, como UPN y PPN; o también destinar cero euros a la memoria histórica, como hace Rajoy. Agradezco la audacia y valentía de los grupos en sacarlo adelante”.
La Comisión para la Memoria Histórica señaló que la actuación sobre los símbolos “son un primer paso en esa necesaria democratización del espacio público de Navarra. Un primer paso en la reparación y construcción de una memoria democrática navarra y del fortalecimiento de la convivencia”.
Anterior denominación
Esteban Álava Garasa
José Álava Matute
Franisco Álava Serrano
Cenón Amigot Munilla
Francisco Javier Añón Baigorri
Julián Arcos Escribano
Serafín Azcona Gamen
Félix Bailo Baquín
Carmelo Baquero Jacoste
Cecilio Benito García
Lucio Bordonaba Bordonaba
Victoriano Bordonaba Gil
Benito Caparroso Paños
Alfredo Casajús Martín
Jesús Clemos Burgaleta
Santos Coloma Avizcuren
Ramón Dachary Jusué
Rafael Dergado Garcés
Ricardo Enériz Ochoa
Bernardo Escós Catalán
Santiago Fernández Portoles
Javier Garijo Satrústegui
Felipe Gaytán de Ayala
Jesús Gorrindo Abadía
Pedro Inaga Moreno
Pedro Jacoste Garde
Manuel Jiménez Romé
Pedro Labarga Gascón
Bernardino Lacarra Calavia
Luis Lacarra Munilla
Alejandro Lasala Arriazu
Perfecto Malo Munilla
Félix Marsal Moracho
Manuel Moneo Fernández
Luis Moracho Ciria
Santos Nevot Moracho
Fermín Ochoa Gracia
Bonifacio Olleta Martínez
Tomás Osta Francés
Ángel Pérez Francés
Felipe Pérez Jiménez
Hermanos Pérez Nievas
Manuel Robles Pintado
Juan Salvatierra Puertas
Bienvenido Sánchez Alfaro
Cándido Santos Jaime
Francisco Sarasa Morán
Hermanos Segura Golmayo
Francisco Úcar Goldesmit
Nueva denominación
Calle Dorondón
Calle El Cántaro
Calle Fuente del Cerrado
Calle Arcas de Caltán
Calle Griseras
Calle Ador
Calle Río Munillo
Calle Pescadores del Ebro
Calle Almajares
Calle Aljjibe
Calle Fijo de la Badina
Calle Escarcha
Calle Entrefuentes
Calle Alza
Calle La Noria
Calle Embocadero
Calle Monte San Julián
Calle Azut
Calle del Estanque
Calle El Frontón
Avenida del Barrio
Calle Estanca
Calle Río Madre
Calle Fuente del Platero
Calle Arco Iris
Calle Aguador
Calle Almadía
Calle de la Pliega
Calle Alberca
Calle Camino Tronzaires
Calle Río Marzo
Calle Fuente de Siete Ojos
Calle Río Ebro
Calle Nenúfares
Calle Sobellanas
Calle Balsa del Pulguer
Calle Almenara
Calle Aguas de Abril
Calle Río de la Cuesta
Calle Fuente de la Dula
Calle El Hijuelo
Calle Río de la Fuente
Calle Paloteado
Calle Zahorí
Calle Las Fontanillas
Calle Puente del Ebro
Calle Regadores
Calle Aguas del Alhama
Calle Mayoral de Campos
Alegales. Solo ocho de las 49 calles del Barrio de Lourdes son legales ya que las 41 restantes no fueron aprobadas por el pleno del Ayuntamiento sino que directamente fue ordenado por el Gobierno Civil.
91 tudelanos. La archivera municipal en la documentación hace constar que existen diferentes listados de tudelanos muertos en el bando nacional. En uno aparecen 89 y en otro 91.
¿Muertos en el frente?. Curiosamente en la lista de los muertos en el frente no aparecen ni Fermín Ochoa García ni Perfecto Malo Munilla, que sí tienen calle en el Barrio de Lourdes.
Inhumados. Sólo 29 de los 91 fallecidos recibieron sepultura en el cementerio de Tudela. Aunque se habló de hacer un enterramiento especial para los caídos nunca se llegó a realizar.
¿Tudelanos? En la documentación que obra en poder del Archivo Municipal hay cuatro nombres de los 51 fallecidos que tienen calle en el Barrio (hay dos parejas de hermanos) que no aparecen como nacidos o vecinos de Tudela; estos son: José Álava Matute, Santos Coloma Avizcuren, Francisco Úcar Goldesmit y Pedro Inaga Moreno.