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‘Gabarderal en Verde’, contra el síndrome de Rett

La asociación Gabarderal Solidario y el Concejo convierten la repoblación de su entorno en un proyecto de ayuda a la investigación

‘Gabarderal en Verde’, contra el síndrome de RettMARIAN ZOZAYA

gabarderal - “El sábado hay una fiesta en Gabarderal, tenéis que venir. Vamos a poner unos arbolicos”, anunció el abuelo Francisco Aranguren a sus nietos, Adrián y Aimar Monbiela. Y no le fallaron. Llegaron de Pamplona con sus padres a tiempo para plantar con el abuelo uno de los 12 tilos a la entrada del pueblo, que con los 54 arces que miran hacia la Val de Aibar dan la suma de 66 árboles del proyecto Gabarderal en Verde.

Se trata de la nueva iniciativa solidaria y popular que han llevado a cabo la asociación Gabarderal Solidario y el Concejo, totalmente conexionados, para recaudar fondos con los que ayudar a la investigación del Síndrome de Rett. “Lo hacemos por Maialen, una de las pocas niñas afectadas en Navarra por esta enfermedad rara, para ayudar a su familia que consigue fondos con mercadillos, sorteos y donaciones que luego envían al hospital San Joan de Deu de Barcelona. Y nuestra recaudación de hoy también irá directamente a la institución”, explica Lidia Jiménez, miembro del proyecto ecológico y solidario Gabarderal en Verde.

Unido este objetivo a la necesidad de repoblar el pueblo, el concejo compró las especies de árboles que ayer se plantaron en una auténtica fiesta de la gran familia de Gabarderal. Arces reales y tilos para sustituir a los pinos cortados por limpieza de Iberdrola en su tendido y a los últimos arrancados por la ciclogénesis, con opción de apadrinamiento, destinando íntegramente lo recaudado a la investigación del síndrome de Rett.

La cuota de apadrinamiento por árbol era de 10 euros, cada participante recibirá un certificado como Padrino Solidario de Gabarderal en Verde y también se le enviarán fotos del estado de los árboles y su evolución.

“Estamos muy satisfechos porque hemos rebasado las expectativas a nivel económico y también de respuesta a la hora de participar en la plantación”, expresaba Alberto Martínez, presidente del Concejo.

Desde que está al frente, hace casi dos años, son varias las ocasiones que asumen unidos a la asociación solidaria campañas conjuntas y convenios de respaldo a proyectos solidarios. En ellos se involucra toda la vecindad. “Es una manera de hacer pueblo, interactuando entre generaciones y estableciendo vínculos”, subraya convencido Martínez, en el camino de un lado a otro de la repoblación, acompañado de Lidia, el abuelo Francisco, (Patxi), su nieto Adrián, y Blasa Hermoso de Mendoza, que a sus 89 años tampoco faltó a la convocatoria popular.

Ayer tocaba plantar árboles por el síndrome de Rett, pero Gabarderal ya apoyó también la causa este verano con el proyecto Tejiendo Sonrisas, de elaboración artesana de mantas y otras manualidades también para el pueblo sirio. Ayer precisamente, cargaban por la tarde la camioneta que las llevará a Seur, y desde allí, a la Asociación de Ayuda al Pueblo Sirio (AAPS).

“Cualquier cosa que propones en este pueblo siempre sale” afirmaba convencida Lidia Jiménez. Piensa que la mayor satisfacción les reporta el hecho de que colaboran con su esfuerzo y su trabajo. “No damos lo que nos sobra, lo hacemos nosotros y en ese hacer nos unimos entre vecinos y vecinas de todas generaciones”, recalca.

La cita se repite todos los miércoles del año, para tejer con alegría por ésta y otras causas solidarias. Y la esperan con ganas. Es un estímulo para mayores y un ejemplo para sus descendientes.

Gabarderal con 138 empadronados y algo más de un centenar de habitantes diarios cuenta entre ellos con buen número de txikis y jóvenes. “Rondan los 30. Gran parte del concejo es futuro”, afirmaba el presidente, rodeado en la mañana soleada de unos y de otros.

Ayer no hubo pereza alguna para saltar de la cama. Cuando llegó el camión con los árboles de Josenea desde Lumbier eran las 8.30 de la mañana, y el termómetro marcaba 7 grados bajo cero.

Un buen desayuno al sol, que todavía no calentaba, y comenzaron la plantación. “Guárdame uno para poner con mis nietos”, pedía Francisco, alias Manzano. Se instaló en Gabarderal hace 13 años, procedente de la cercana Sangüesa “Ahora soy de Gabarderal”. Admira la mezcla de quienes vinieron en los años 60, como Blasa, desde Armañanzas u otros pueblos de la Ribera, al pueblo nuevo de los llamados de colonización. Tal vez por eso y desde entonces, se forjaron entre ellos vínculos tan fuertes que dan hoy tan buenos frutos.