Destino Baraibar y dentro de una mochila, la efigie de San Miguel de Aralar emprendió ayer un largo viaje que le llevará por más de 300 localidades de Navarra. Y es que las ramas caídas con las nieves de este invierno dificultaban realizar el recorrido con la imagen al hombro en esta salida, la única que continúa realizándose a pie. El encargado de portar la imagen, de 13 kilogramos de peso, es desde 1992 Mariano Zubiria, natural de Urdiain pero vecino de Lekunberri, uno de los monaguillos zaharrak de don Inocencio Ayerbe. “Es un honor”, confesaba antes de emprender la marcha. Con 70 años, aseguró que continuará hasta que el cuerpo le siga.

La imagen salió del santuario sobre un astil junto con la cruz procesional, arropada por decenas de personas que por tradición, devoción y también para disfrutar del monte renovaron esta costumbre que tiene fecha fija, la del domingo de Pascua de Resurrección. En algunos casos se juntaba todo, como señaló Asier Ijurko, de Lekunberri, quien acudió con un nutrido grupo de todas las edades que completaron los cerca de 10 kilómetros de una larga bajada por la sierra de Aralar, desde los 1.232 metros de altitud del santuario de Aralar y los 640 metros de este concejo de Larraun, un precioso itinerario conocido como el camino del cura de Madotz.

Otro cambio ayer respecto a estos últimos años fue que la cruz procesional despidió a la efigie con un beso en el inicio del sendero. “Así se hacía antes, cuando no había carretera”, apuntó José Mari Ustarroz, presidente de la Cofradía de San Miguel, el portador de la cruz. En este punto el grupo se dividió en dos. Por un lado, 86 personas le acompañaron hasta Baraibar y otro nutrido grupo se quedó en San Miguel. Entre estos últimos estaba Jesús Ayerbe, de Ordizia, familiar de don Inocencio para más señas. “Voy a cumplir 82 años. Antes siempre iba pero ahora las piernas no me siguen”, se lamentaba.

Ustarroz, también monaguillo zaharra del recordado capellán de Aralar, explicó que antes se realizada todo el recorrido a pie, con una media de 7,5 kilómetros a la hora. La etapa más larga era en Venta Quemada, en Belate, y el monasterio de Zamartze. “Se hacía una parada en Aldatz para comer y una pequeña siesta y se llegaba hacia las seis”. Desde hace cuatro décadas la imagen de San Miguel viaja en coche. Estos últimos años lo hace en compañía de Jesús Sotil, capellán auxiliar de Aralar y Ángel Ándres de chófer.

Este largo viaje del ángel de Aralar tiene su origen en el Medievo, con sus visitas a los cofrades enfermos que no podían acercarse al santuario de Arala por motivos de salud. Eran tiempos en los que la cofradía de San Miguel contaba con 40.000 miembros. A partir del siglo XIX, tras las desamortizaciones, se convirtió en una importante fuente de ingresos del santuario, gracias a los donativos que se recogen estos días.

BENDICIóN DE LOS CAMPOS El grupo llegó poco antes de las siete a Baraibar, donde a la llegada y de nuevo San Miguel sobre su astil y recibido por la cruz parroquial, realizó la bendición lau haizetara, ritual que se repite en la mayoría de las localidades que visita. Así, la figura del ángel se orienta sucesivamente a los cuatro puntos cardinales, recitándose en cada uno de ellos los versículos de los cuatro evangelistas. También es costumbre que la imagen y sus acompañantes sean asistidos en cada localidad por los Hermanos de San Miguel, un honor que se transmite de generación en generación.

Tras pasar la noche en este concejo de Larraun, hoy reanudará su recorrido por los valles de Larraun y Araitz-Betelu. A las 9.00 horas llegará a Albiasu y a las 10.15 horas a Lezaeta. Media hora más tarde visitará Errazkin y a las 12.30 horas, Betelu. Por la tarde, su viaje continuará a las 18.00 horas por Arribe, para finalizar a las 19.30 horas en Intza. Madrugador, mañana a las 8.00 horas visitará Gaintza, después Uztegi (9.30), Azkarate (10.30), Atallu (12.45), Azpirotz (18.15) y Lekunberri (20.00). El próximo domingo será la rogativa de Uharte Arakil a Santa María de Oskia. El lunes 9 llegará a la Taconera de Pamplona a las 19.30 horas, donde permanecerá una semana.