La figura del capuchino navarro Martín Zubeldía Inda, Gumersindo de Estella, (Estella, 1880-Pamplona 1974) quedará inmortalizada en el cabezudo que el aragonés Luis Badenas Marco va a realizar con el semblante del religioso. Familiar de represaliados republicanos, alguno de ellos todavía desaparecido y estudioso y difusor de la vida y obra de Gumersindo, Badenas quiere rendir homenaje al capuchino estellés por su labor con las personas fusiladas junto al cementerio de Torrero.
El propio Luis Badenas asegura que “es mi deber como demócrata, como joven nacido en 1978 y como cristiano de las bases reconocer la labor y trabajo humanitario de Gumersindo, el fraile navarro de la memoria histórica”. Así, Gumersindo de Estella no solo asistió espiritualmente a los asesinados, sino que se preocupó por sus familias y recopiló datos y su propio testimonio. Asimismo, siempre defendió la dignidad de las personas que fueron fusiladas. “Una dignidad humana que se funda en la común filiación divina. Todos somos hijos de Dios”, aseguraba el fraile navarro.
homenaje insuficiente El papel del capuchino estellés fue reconocido en 2014 por el Ayuntamiento de Zaragoza, a instancias de familiares de represaliados y desaparecidos. No obstante, para algunos de ellos, el reconocimiento resultó “insuficiente”.
Así, Luis Badenas recuerda que “el homenaje de 2014 fue insuficiente, se limitó a una calle dentro del cementerio y un acto de una hora en el teatro principal. Yo pedía que se le dedicase una calle o plaza de tránsito, lo del cementerio me parece irrisorio, humillante e insuficiente, como escondiéndolo. En el homenaje ni se dejó participar a las familias de represaliados”, afirma.
Así, Badenas añade que “solicitaba un homenaje digno tras 40 anos de democracia y silencio absoluto por parte de las instituciones zaragozanas, arzobispado y corporaciones democráticas municipales”.
Este aragonés y familiar de represaliados republicanos explica que también solicita “la medalla de oro de la ciudad y el título de hijo adoptivo o hijo predilecto”.
Por todo ello, Luis Badenas ha decidido llevar adelante el proyecto del cabezudo, que espera estrenar para las siguientes fiestas del Pilar o incluso antes. “Será una manera perpetua de que se vea y se conozca su figura. Es un proyecto personal que voy a sacar adelante con apoyo institucional o sin el de las instituciones políticas y religiosas”.
Asimismo, Badenas plantea una exposición itinerante que pueda llevarse por centros escolares, ayuntamientos y parroquias y también pide una estatua o busto en una calle o plaza del barrio zaragozano de Torrero.
La realización del cabezudo se trabaja ya con el taller de los Hermanos Gárate en Irún, que ha realizado dos bocetos. Para sufragar los gastos, próximamente se va a poner en marcha una campaña de crowdfunding de la que se informará oportunamente.
Labor en Zaragoza. Tras mostrarse disconforme con la postura de su superior en torno al golpe de Estado del 36, Gumersindo de Estella fue trasladado forzosamente desde Pamplona al convento capuchino del barrio de Torrero en Zaragoza. Allí, se le encomendó la asistencia espiritual del hospital y de la cárcel. Gumersindo asistió a los hombres y mujeres que fueron fusilados junto al cementerio de Torrero, situado a unos 400 metros de la cárcel y a medio kilómetro del convento capuchino.?
Testimonio. Gumersindo relató sus vivencias en un libro, publicado en 2003.