La historia del historiador: Pedro Mari Esarte
El alzamiento, las guerras, la dictadura y el contrabando, entre otros, han influido en la vida del carnicero e historiador elizondarra
elizondo - El elizondarra Pedro Mari Esarte es un hombre inquieto. Probablemente desde que nació, el 15 de julio de 1936, como si previera que tres días más tarde sucedería algo que cambiaría su vida y la de todos los demás. Esa inquietud le ha llevado a vivir una vida llena de acontecimientos difíciles de resumir en pocas líneas. Nacido en una familia que comercializaba embutidos, desde pequeño trabajó en la industria cárnica, pero además del trabajo que ejerció hasta jubilarse, la vida de Pedro Mari ha estado ligada, y está, a muchas otras cuestiones, como por ejemplo el contrabando, la política, la cultura, y sobre todo, la historia. No en vano, Esarte es uno de los más destacados investigadores de la historia de Navarra en general y de Baztan en particular. Ha pasado miles de horas indagando en el Archivo General de Navarra, y fruto del trabajo realizado son todos sus libros y publicaciones (más de 30) que están al alcance de todos, como documentos históricos para enteder mejor nuestro presente, gracias a conocer el pasado.
CARNICERO Desde muy pequeño, Pedro Mari trabajó en casa, en la carnicería que regentaban sus padres. Se levantaba muy pronto para preparar todos los embutidos, antes de abrir la tienda donde su madre despachaba la clientela. La carnicería ha sido su trabajo, su vida, pero no se limitaba a ello. Como cuenta, de crío, también fue pescador, en el río Baztan, que pasa justo delante de su casa. Recuerda que entonces había mucha variedad de peces, “hoy en día no queda nada. Fíjate si había, que nuestro padre cogía lotres con el tenedor para que los usáramos como cebo”, comenta.
También fue chamarilero. Al tener una carnicería, en casa disponían de una camioneta, y en la época del contrabando, fue chamarilero para disimular las idas y venidas de los trapos que traían de contrabando, para poder vender como si se tratara de género comprado. Su casa también fue almacén para los paquetes que traían los contrabandistas, como explica en su libro El contrabando en Baztan contado por sus protagonistas (Pamiela, 2011).
Entre el 1949 y 1954, miles de soldados estaban instalados en Baztan, construyendo nidos de vigilancia, y la familia de Esarte proveía de carne a 6.000 de ellos, instalados en Amaiur. Recuerda que cada soldado tenía 60 gramos de ración. Después de la Segunda Guerra Mundial, comenta, “los soldados se comieron todo el ganado enfermo de Europa, y también un mulo”, comenta entre risas.
POLÍTICA Pedro Mari ha sido también muy activo en la vida política y social del Valle. Ha sido alcalde de Elizondo en dos ocasiones y también concejal del Ayuntamiento. Todo comenzó en 1976, cuando participaba en la organización del Baztandarren Biltzarra. Muerto el dictador, aunque todavía no estaba legalizada, Elizondo se cubrió de ikurriñas, y una bien grande ocupó el kiosko de la plaza. Los gobernantes pidieron a la organización que quitaran esa gran ikurrina (por la presencia de la Guardia Civil), argumentando que si lo hacían, por la tarde permitirían las ikurrinas. Esarte con un cuchillo de carnicero quitó la ikurrina, pero por la tarde, lejos de permitirlas, los asistentes al Baztandarren Biltzarra “recibieron palos por todos lados”. A raíz de eso Esarte decidió presentarse para alcalde de Elizondo. Fue entonces cuando empezó a interesarse más por la historia y a indagar en los archivos.
AMAIUR Entre los libros que ha publicado Esarte, hay varios que hablan del Castillo de Amaiur. Esarte siempre se ha interesado, hoy por hoy también lo hace activamente, por la verdadera historia de la conquista. En 2007, por ejemplo, se erigió un monolito en Amaiur, dedicado “al resistente desconocido” que fue creado por el escultor Pello González con la inscripción Pro libertate patria, gens libera estate (De pie la gente libre a favor de la libertad de la patria) de los Infanzones navarros, donado por Esarte. Ahora, con el proyecto del Centro de Visitas de Amaiur, Esarte ha prometido donar su extensa biblioteca al centro.
Ha ce unos años, también gracias al exhaustivo trabajo de Esarte en el Archivo General, se supo que la puerta original del Castillo de Amaiur se encuentra en el palacio Jauregizarrea de Arraioz, regalado junto a una lombarda, por el virrey al señor de Ursua (dueño de Jauregizarrea) en pago a su colaboración en la toma de 1522.
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