tudela - Con 7 años de edad, el pequeño Aimar Sánchez Jiménez comenzará hoy a realizar los primeros ensayos para aprender a volar, sujeto a una maroma, sobre la plaza de los Fueros de Tudela, lo que le convertirá en protagonista del acto más tradicional, diferencial y emblemático de la capital ribera. Ayer Aimar conoció a Haizea Maisterra Miramón, de 6 años de edad, que será su suplente en esta edición de 2020, por si el día de la ceremonia, el domingo 12 de abril, se encuentra enfermo o padece miedo escénico, un extremo que no ha sucedido nunca en sus casi cuatro siglos de historia de la Bajada del Ángel.

Aimar será el primer niño que anuncie a María la resurrección de su hijo desde que en 2016 lo hiciera Santiago Lasheras, ya que el resto de los últimos cinco años, desde 2015 incluido, las niñas, con más aplomo, han tomado el protagonismo de la ceremonia. De hecho, Haizea será quien lo represente en 2021 para lo que también ha comenzado con los ensayos que se realizan en casa de la familia Vallejo-Arregui, que se encargan de organizar y enseñar a los niños y niñas que asumen el papel de ángeles por un día.

Como curiosidad, el padre de Haizea Maisterra Miramón, Leonardo Maisterra, fue también Ángel de Tudela los años 1984 y 1985, y las crónicas le recuerdan como "el Ángel de la simpatía", por su desparpajo y buen hacer, y no ocultaba cierta sensación de orgullo.

Ayer los dos se conocieron y sufrieron los primeros inconvenientes de ser los protagonistas del año en la capital ribera; entrevistas, fotografías, preguntas... una carga que vivieron con una mezcla de sorpresa, incomprensión y curiosidad. Sin embargo, la química entre ellos (simpáticos, con desparpajo y despiertos), fue evidente sólo con verlos posar juntos.

el proceso Miguel Ángel Vallejo explicó ayer que en esta edición se han presentado 26 niños y niñas de diferentes centros, aunque a la hora de la verdad algunos decidieron no acudir. Finalmente la cifra fue de 23, de los que 15 eran niñas y 8 niños, procedentes de los colegios Anunciata (9), Compañía de María (8), Huertas Mayores (3), Griseras (3), Elvira España (2) e Ikastola Argia (1). Los habitual es que, para apuntar a los pequeños, los padres acudan a la mercería que en Tudela se conoce como Las Álavas, o que los profesores se pongan en contacto con Miguel Ángel o Ana María. Pero también la tecnología ha llegado a las tradiciones y en el blog que explica la ceremonia se ha habilitado una ficha que pueden rellenar quienes estén interesados.

El proceso comienza hoy mismo a las 17.00 horas con los ensayos en casa de este matrimonio que recibió el testigo de María Álava, quien realizó esta ceremonia durante décadas. Los primeros pasos se centran en familiarizarse con Miguel Ángel y Ana María Arregui, algo vital para que asuman el papel que les tocará desempeñar pues serán ellos quienes les enseñen cada paso, frase y gesto que hay que realizar el Domingo de Resurrección para que la ceremonia llegue a buen puerto. Hay que darse cuenta que ese día un niño o niña sale colgado de una maroma a unos 15 metros de altura ante la mirada de miles de personas. Enseñarles a saber soportar la presión (o no pensar en ella) es uno de los elementos fundamentales. Ya en marzo, los ensayos se trasladan a un garaje donde se cuelga del techo al Ángel titular para que coja soltura en el vuelo.

los protagonistas Aimar Sánchez Jiménez, nació el 26 de junio de 2012, es hijo de Virginia y de Jesús María y estudia 2º de Primaria en el colegio Anunciata. Haizea Maisterra Miramón, nació el 14 de noviembre de 2013, es hija de Miriam y Leonardo y estudia 1º de Primaria en el Colegio Compañía de María.

Aimar, consciente de que este año ya le toca, estaba ayer más sonriente y no dudaba en indicar que "tengo ya ganas de que empiecen los ensayos. Lo que me parece más bonito de todo es cuando se abren las puertas y empiezas a volar sobre la plaza Nueva", apuntaba y reconocía que sus amigos le decían que "soy un suertudo porque voy a hacer el Ángel". Sus padre reconocían que comienzan a aparecer los primeros nervios, "pero en nosotros, él no, él está completamente tranquilo", reían.

Haizea, con cara de pícara, reconocía que le cansaban "un poquito" tantas entrevistas y explicaba que dijo a sus padres que quería ser Ángel "porque me gustan las alturas y me gusta mucho volar", casi tanto como las "mates, las sumas y restas" del colegio. Ayer ya pudo contar a sus amigas y amigos que sería la Ángel de 2021 porque "era un secreto y hasta hoy no podía decirlo".