- Su vida no es tan diferente a la de cualquiera de nosotros. El pamplonés Tomás Pizarro tuvo trabajo, vivía de alquiler y, de un día para otro, perdió el empleo. Al no poder pagar la renta se quedó una temporada en casa de una amiga que no le cobraba habitación. Pero esa vía también se cortó. Hace más de un mes que se fue a vivir al edificio de la calle Mayor hasta que el martes la policía les echó. "La gente se ha ido buscando la vida pero muchos no tenían sitio en los albergues aunque también hay personas que tenían miedo a entrar a estos centros por el estado en el que estamos, y tampoco nos han dado vales para pensiones como prometieron", señalaba. "Nos han dejado en la calle como animales", aseguraba Angelica, otra okupa con la que ayer pasó la noche en un cajero. "Habíamos limpiado los pisos y sacado más de 40 kilos de mierda, y estábamos dispuestos a pagar algo por el alquiler, por el agua y la luz. Así no tratan ni a los animales. Es injusto. Estar en la calle, pasar frío, no tener donde dormir y que haya viviendas vacías. Solo pido un poco de humanidad. No cobro nada, no tengo un techo y mi familia está en Toledo", relata Tomás, de 41 años, que por primera vez en su vida ha tenido que dormir en la calle. "El resto ha seguido su camino, al menos nos tenemos el uno al otro", añade Angelica que estuvo dos meses en la calle Mayor. Ayer merodeaban por la zona de la estación. "Por la calle no puedes estar porque encima la policía te multa. Quieren que estemos metidos en casa pero los que no tenemos ¿qué podemos hacer?", agrega Tomás, que pide una solución habitacional.