Solo los más incondicionales se dieron cita en la plaza consistorial ayer a media noche. Sin alardes. Era la despedida más triste de un 14 de julio de unos 'no Sanfermines' que los pamploneses y pamplonesas y todos los navarros y navarras no olvidaremos jamás. Seguramente todavía no hayamos digerido estos nueve días sin encierros, almuerzos, toros, sin bullicio de peñas, sin barracas y ambiente por las calles.

Y las noches recogidos en casa. Tenemos los ojos puestos en las fiestas del año que viene. Y ayer las calles estaban vacías, guardaban luto, seguramente para respetar la fecha y regresar a esa nueva realidad-normalidad. En Condestable los más pequeños podían ver las fotos de gigantes y toros de verdad en papel y vídeo.Como garante de la memoria inmaterial de la ciudad, el Ayuntamiento de Pamplona está trabajando en la recopilación en formato audiovisual de la manera en la que han transcurrido los días en los que habitualmente se celebran las fiestas de San Fermín. Para ello, se han grabado los lugares en los que suelen tener lugar las principales celebraciones a la misma hora a la que éstas estarían sucediendo. Además, se ha entrevistado a una veintena de figuras clave de la fiesta para dejar plasmadas las emociones que les ha causado la histórica suspensión de los Sanfermines 2020.

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14 de julio, ya falta menos

Un 6 de julio sin Chupinazo, un día de San Fermín sin procesión o las mañanas de la Pamplona del 7 al 14 sin toros ni multitudes. La suspensión de las fiestas ha convertido a este 2020 en un año excepcional, que ya forma parte de la historia de la ciudad. Y para no olvidar esta situación, el Ayuntamiento está trabajando para documentarla gráficamente. El silencio o la falta de muchedumbre es la tónica en todas las situaciones, en las que también destaca una menor presencia del blanco y el rojo en los atuendos de los viandantes.La elección de las personas que han participado en este relato audiovisual ha tenido en cuenta todos los prismas desde los que se puede vivir la fiesta. Así, han participado representantes del Ayuntamiento, de la hostelería, de los medios de comunicación, de la tómbola, de la sanidad, o de la limpieza. Nombres como el del alcalde Enrique Maya; el narrador de los encierros en TVE, Javier Solano; el párroco de la iglesia de San Lorenzo, Javier Leoz; o el presidente de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Pamplona, Ibon Laspeñas; narran en primera persona cómo han vivido este momento histórico, y qué ha supuesto para el colectivo, entidad o institución a la que representan.

ASÍ SONÓ EL POBRE DE MÍ 2020

El tradicional "Ya falta menos" ha sonado con menos intensidad de la habitual en las calles de Pamplona esta medianoche, pero, sin duda, con fuerza en el interior de los pamploneses, que miran al 2021 con esperanza.

Al igual que sucedió el 6 de julio a mediodía cuando debía haberse lanzado el chupinazo, la plaza Consistorial ha congregado a las doce de la noche del 14 de julio a un grupo de personas, en este caso para entonar un "Pobre de mí", especialmente triste por las fiestas que no han sido.

En un espacio con el aforo limitado a 400 personas, la imagen ha distado mucho de la habitual en una noche como ésta, en la que cientos de personas con velas en las manos se desprenden de los pañuelos rojos que anudaron al cuello el 6 de julio y con cánticos de despedida se resisten a terminar las fiestas y emplazan a las siguientes.

En esta ocasión el protagonismo se lo ha llevado una plaza casi vacía, sin autoridades ni invitados en los balcones de la Casa Consistorial, desde los que una gran lona con forma de pañuelo rojo emplaza a los próximos Sanfermines, con grupos aislados, mascarillas y algunos carteles reivindicativos alusivos a la cultura o los autónomos.

Pese a las especiales circunstancias que han rodeado estas fechas los allí reunidos han sido fieles a la tradición y tras entonar el "Pobre de mí" han continuado con los también habituales "Ya falta menos" o "A San Fermín pedimos...".

La pandemia ha llevado a la suspensión del programa oficial de actos del Ayuntamiento, a la feria del toro que organiza la Casa de Misericordia y a las actividades de las peñas y colectivos, lo que ha dado lugar a imágenes inéditas de unas calles sin encierros a las ocho de la mañana, sin procesión en honor a San Fermín el 7 de julio o de controles de aforo en las zonas de bares del Casco Viejo.

Los llamamientos a la responsabilidad, el mensaje de que este año no había Sanfermines y el emplazamiento a "vivirlos" en 2021 se han sucedido en las últimas semanas, con una respuesta ciudadana que ha sido valorada por el alcalde, Enrique Maya, quien ha opinado que la ciudad ha dado una buena imagen.

Como ejemplar ha calificado el comportamiento de los ciudadanos, si bien ha reconocido que es "inevitable" que en algunos lugares, como ha sucedido en algún almuerzo, puedan existir esos rebrotes.