os vecinos de la plaza Puente la Reina de la Txantrea están hartos de "los focos de infección" y de "la falta de higiene" que está generando la gestión de la colonia felina, autorizada por el Ayuntamiento de Pamplona, en los alrededores de sus viviendas. La Unidad de Zoonosis del Consistorio, que es la que se ocupa de los aspectos sanitarios relacionados con los animales domésticos y peridomésticos, ha creado una serie de colonias felinas en la ciudad con el objetivo de reducir el número de gatos callejeros. En todas ellas se aplica el procedimiento CES (captura, esterilización y suelta) con la finalidad de que estén en buenas condiciones sanitarias, que no se reproduzcan y que tengan una vida digna. Las labores de alimentación y salubridad de las colonias se las han delegado a la asociación Katu Kaleko (gatos callejeros). Y aquí llega el conflicto.

Los residentes afectados (sobre todo los de las calles Lakuntza, Los Arcos y Miranda del Arga) quieren dejar claro que la problemática no se debe a los felinos que merodean cerca de sus viviendas. "No hay nada contra los gatos, no somos antigatos. Llevan más de 60 años en la Txantrea y no ha habido ningún problema", aseguró el vecino de la zona Txemi Castillo.

Según explicó, el problema se debe a la gestión de la colonia felina. Concretamente, se quejan de cómo Katu Kaleko "da de comer a los gatos. Está generando puntos de infección en los alrededores de nuestras casas y nos preocupa mucho esa falta de higiene", comentó Txemi. Alba Garayoa, otra residente que convive con la misma realidad, expresó la misma idea: "Está muy bien que se preocupen por su salubridad y que les alimenten, pero tal y como lo están haciendo están provocando un problema grave de higiene".

La principal queja es que las voluntarias de Katu Kaleko dejan la comida en el suelo, en las esquinas de sus casas, al lado de los portales e incluso debajo de las ventanas: "Así no se hacen las cosas", afirma Txemi. Además de pienso, les traen restos de comida: "Les dejan perolas de macarrones, pechugas de pollo€ Y no vuelven a por los perolos", dice Alba. Txemi añade que "lo peor de todo es que se creen que han hecho la buena acción del día".

Los vecinos aseguran que la mayoría de voluntarios no recoge los utensilios en los que traen la comida y, como consecuencia, las ratas y cucarachas aprovechan los restos. Al dejar la comida cerca de las casas, indican, muchas cucarachas acceden al interior de estas: "Hemos tenido que desinfectar el edificio con dinero de nuestro bolsillo. Ahora solo hay dos en el portal, pero antes había al menos quince", recordó enfadada Ana Valenzuela, que vive en un bajo de la zona.

Además, explicaron que la comida está químicamente tratada y que está al alcance de niños y de animales domésticos, como perros: "Aquí hay niños jugando que, si están solos, pueden comer la comida que dejan en los perolos".

En la trasera de la calle Lakuntza, Txemi enseñó unas casetas candadas a los árboles que, según el, han atado los voluntarios de Katu Kaleko. Ahí colocan bandejas, latas y garrafas de agua: "Está todo sucísimo. Nadie se encarga de limpiarlo", indica Txemi. Además, dijo que la comida "no es selectiva" y que por eso "también vienen palomas y ratas" a las casetas candadas.

Otra de las quejas de los vecinos es que, según ellos, Katu Kaleko deja mantas y otros objetos como peluches en los bajos de sus casas. "Las mantas son para que los gatos puedan dormir calientes y los peluches para que jueguen con ellos", explicó Txemi.

Los vecinos insisten en que los voluntarios de la asociación "aprovechan" algunos agujeros que hay en los bajos para "empujar y meter con unos palos todas las cosas". En el caso de estar tapiados, "rompen los candados", subrayan. Aseguran que también meten comida que atrae a cucarachas y ratas y que así se crea "otro foco de infección". "Los bajos de nuestras casas están llenos de mierda y se desentienden del problema", incidieron.

Los residentes confesaron que han intentado hablar con Katu Kaleko: "Queremos hacerles ver que lo que están haciendo va contra la salud de las personas", comenta Alba. Algunos vecinos han tapiado sus bajos y han colocado un cartel en el que se puede leer: "Este recinto no es saludable para los animales. Aquí están las aguas sucias del portal. Si queréis a los animales, este no es lugar para albergarlos. Esta puerta debe permanecer cerrada por prevención sanitaria y peligro de accidentes. Tenemos la obligación de mantener el recinto cerrado. La próxima vez que alguien rompa la puerta o el candado, tomaremos medidas legales".

Los vecinos quieren que el Departamento de Salud vaya a la zona y reafirme que "esto no son condiciones de salubridad para los vecinos" y que Katu Kaleko alimente a los gatos en un lugar "en el que no haya tanta vida".

La asociación niega las acusaciones y asegura que la gente que deja la comida "no son de la asociación sino gente que está en contacto con nosotros".

Mari Jesús Carro, de Katu Kaleko, explicó que las personas que participan con ellas se ven "obligadas" a dejar la comida en el suelo porque los vecinos "se llevaban la comida". Añadió que el problema de las cucarachas se debe "a las humedades que hay en los bajos y no a la comida que dejamos" y que las mantas no son suyas y "llevan ahí 15 años".

"Dejan a los gatos perolas llenas de macarrones y pollo y no las recogen"

Vecino afectado

"Hemos tenido que desinfectar el edificio con dinero de nuestro bolsillo"

Vecina afectada