- Todo en ella son gestos de acogida: puerta abierta, amabilidad y cercanía. En su indumentaria lleva escrito su deseo de bienvenida, Ongi Etorri, a la vecindad y a las personas allegadas, que en estos días de verano, son muchas. "Además de los vecinos, pasan deportistas, senderistas con necesidad de curar sus pies, y una gran afluencia de turismo familiar. En la farmacia se ve mucho el movimiento y lo que se cuenta en el pueblo: que este año hay mucha más gente por todas las partes".

Es la voz de Ariela Polito (Buenos Aires, 1973), la nueva farmacéutica de Isaba que con su llegada ha hecho suyo el lema de Vivir y trabajar en el Pirineo. En abril de 2019 se cerró la vieja farmacia, cuando se jubiló la anterior responsable. Desde entonces, los 395 habitantes del municipio no contaban con este servicio. Hubo una primera propuesta de quedarse con un botiquín rural dependiente de la farmacia de Roncal, la más cercana, pero el Ayuntamiento pensó que no era suficiente y se empeñó en restituirla completa. "Hicimos un esfuerzo importante por abrir la farmacia de nuevo. "Entendimos que un pueblo como Isaba tenía que dar este servicio. Aquí siempre ha habido farmacia. Tenemos mucha gente mayor sin posibilidad de desplazarse por sus propios medios. Mirarles a los ojos y leer "esto se ha cerrado y no se va a volver a abrir" era un desencanto. Pensamos en toda la vecindad en su conjunto y también en la población flotante", recuerda el alcalde, David Baines.

El nuevo local se ubicó en un inmueble del barrio Barrikata con vivienda incluida. Solo faltaba la persona que estaría al frente. Ariela Polito estaba dispuesta. La necesidad de Isaba encajaba perfectamente con su proyecto de vida: la gestión de una farmacia rural.

Una farmacia en Palma de Mallorca fue el primer destino en España de esta argentina nacida en Buenos Aires en 1973. Fue el año 2014 cuando llegó con su marido, Víctor Fallistocco y su hija Chiara. Pamplona y Estella le esperaban después y en esta tierra, Cirauqui y Abárzuza fueron los últimos pueblos en los que ejerció, siempre como adjunta.

"Mi ilusión era gestionar mi propia farmacia y que fuera rural. Era mi oportunidad", recuerda. En septiembre tomó la decisión. Visitó Isaba y se dijo: "Este es el pueblo en el que quiero vivir". En junio se instaló y el 3 de julio abrió sus puertas.

"El trabajo en una farmacia rural es completamente diferente, el contacto con el pueblo es mucho más estrecho; comparado con lo urbano, el vínculo que se crea es más potente. Aquí se desarrolla el lado más humano del farmacéutico o farmacéutica. La ciudad tiene otro ritmo y el trabajo te empuja a parecer meros dispensadores de medicamentos", declara Ariela.

La farmacéutica siente que su trabajo se extiende en otros muchos aspectos que van más allá del medicamento, entre los que cita: la contención, ayuda emocional y escucha. "Poder acompañar de algún modo esa soledad de la gente mayor era algo que me atraía. Somos los sanitarios que más cerca estamos del pueblo. La gente necesita la contención y la palabra", manifiesta.

Reconoce que vivir y trabajar en un valle es a su vez "una lucha diaria". Se refiere a mantener los servicios y generar esperanza de futuro. "Ojalá que la gente se anime a emprender un proyecto de vida rural. Es difícil, pero también una gran oportunidad y una de las mejores opciones para poder desarrollarte profesionalmente".

En este sentido, Ariela Polito anima al joven emprendimiento a coger el testigo de los profesionales que se jubilan en los pueblos, al tiempo que recuerda a las instituciones que es preciso tener en cuenta las dotaciones rurales porque "sin servicios no puede haber emprendimiento".

En este punto, en lo que a ella refiere, valora el respaldo económico que el Gobierno ha dado al Ayuntamiento izabar enmarcado en su lucha contra la despoblación. Al otro lado del mostrador, Ariela trata de dar el mejor servicio en un amplio horario de verano con jornada partida de lunes a sábado. La gente se lo agradece y está contenta. También los suyos. Juntos gozan de la vida tranquila y más libre, lejos del coronavirus "de momento".

Con su llegada, Isaba ha ganado nueva farmacéutica y casa abierta con tres nuevos vecinos.

"Hay que dar la oportunidad a la juventud para vivir en los pueblos. Sin servicios no hay emprendimiento"

Farmacéutica de Isaba/Izaba