- En el Edén cualquier día es San Fermín. Aunque no coincidan fechas ni ciudad, el paladar se puede confundir. La cafetería situada en el número 4 de la calle Merindad de Sangüesa de Burlada se adjudicó el martes -con seis meses de incertidumbre- la 10ª semana del pintxo de la localidad. Y lo hizo con doblete; el primer premio del jurado y el premio popular. No suele ser habitual, pero expertos y clientela coincidieron en señalar su almuercico, la reinterpretación del típico plato de San Fermín, como mejor pincho. Un bocado típico elaborado en este caso "de una manera un poco más especial", explica Andoni Rodríguez García, al frente de la cocina del Edén, negocio familiar que echó a andar hace más de 30 años.

"Era una croqueta de txistorra y jamón con una salsa de piquillos aderezando el nido de patatas. Llevaba una crema de huevo frito y por encima una coronica de caviar de trufa negra. Y el plato iba pintado con un poco de mermelada de kalimotxo", explica Rodríguez en pasado, ya que esta 10ª edición arrancó un 6 de marzo y tuvo que clausurarse de forma anticipada. El último fin de semana se quedó por el camino como consecuencia de la pandemia. Ahora Rodríguez lanza el aviso para quienes no pudieron probarlo en su día y para responder a la petición de varios clientes: este fin de semana volverá a ser San Fermín en el Edén. Seis meses después, servirá de nuevo su premiado pincho.

"Es una idea que ya está hecha, el almuerzo de San Fermín. Pero le das vueltas a los ingredientes, qué puede ir con qué... y los caviares de trufa negra son un trabajo bastante delicado. Hay que tener mucha paciencia. Tenía su trabajo, pero todos los años todos los bares nos curramos mucho los pintxos, es una semana en la que lo damos todo", añade Andoni. Cuenta que "a veces me dice mi novia que me como demasiado la cabeza para esto, pero merece la pena. Y más este año, desde luego". Reconoce también que la vecindad "se mueve mucho esta semana". Para finalizar, agradece "a la gente por participar y que se esfuercen por probar todos los pintxos. Y dedico este premio a mi padre, que está en una situación delicada de salud".

Óscar Guilló, de la escuela de Hostelería de Burlada, ha ejercido de jurado en seis de las diez ediciones de esta Semana del Pintxo. Dice que "siempre hay una evolución" y que el 99% de los pintxos "sorprenden la primera vez que los ves y que los pruebas". Sobre la propuesta ganadora, destaca "en primer lugar su originalidad. Ya solo con el nombre apetece. Pero es que luego encuentras los huevos fritos, las patatas, el pimiento... todos los elementos del almuerzo dispuestos de una forma muy imaginativa y creativa. Y además estaba muy bien de sabor".

El jurado valoró igualmente que la miniatura gastronómica "sea adaptable, que pueda seguir de forma continuada en el bar. Porque hacer un pincho estratosférico que luego no hay quien lo mantenga puede ser maravilloso, pero es inviable. Se valora que sean propuestas realistas", argumenta. El almuercico cumplía. Agradece por último "las horas de trabajo" que hay detrás de cada pintxo. "No solamente ganan los hosteleros. También gana el público que asiste y se mueve por los bares de Burlada. Porque esta semana gastronómica sí que invita a moverse y a que conozcan otros bares y propuestas, que siempre viene bien".

"Agradezco a la gente por participar y esforzarse por probar todos los pintxos, y le dedico el premio a mi padre"

Cafetería Edén