l Monasterio de Zilbeti ha sido denominado desde tiempos antiguos de otras dos formas: Monasterio de San Zacarías (padre de San Juan Bautista) y Monasterio La Ordena. Aunque su origen no está bien definido, se cree que su fundación se debe a la presencia franca en la vieja Vasconia y el Reino de Pamplona, donde siempre tuvo intereses estratégicos en ambas vertientes pirenaicas. Sí se conoce, a través de la obra histórica de Moret, que, en el año 848, San Eulogio, líder del movimiento martirial mozárabe, visitó el actual término de Zilbeti donde florecía un monasterio con advocación a San Zacarías. Poco después, con más peso de leyenda que de vestigios identificadores, los vikingos pudieron penetrar y actuar con vehemencia en esta zona tras desembarcar y asolar las costas de Las Landas e Iparralde en el año 859. Remontando el Bidasoa y Belate, llegaron a Pamplona, capital del reino del mismo nombre, y secuestraron al rey García Íñiguez, hijo y sucesor en 842 de Íñigo Arista. Fue liberado tras pagar un bárbaro rescate.

Del asentamiento y vida del monasterio ya se tienen fehacientes noticias en el siglo XII, sobre todo en la época de Sancho VI de Navarra, el Sabio, (1133- 1194) y de su dependencia administrativa y eclesial de Roncesvalles.

Ordena, nombre que procede de su tutela de Orreaga, es una fábrica románica. Tiene adosada una casa que debió ser un hospital, dato mencionado en los privilegios otorgados por el rey Teobaldo I (1201-1253). El conjunto, hoy, mantiene su estructura exterior completa y está bien protegido por una techumbre nueva. Se trata de una construcción de sillares algo irregulares y de sillarejo en la parte superior, dibujando sus lienzos una planta rectangular. En la fachada principal destaca su portada y un rosetón. La primera está enmarcada por dos arquivoltas con boceles con puntas de diamante y una moldura cóncava con bolas y el armónico conjunto de medio punto queda protegido con un guardalluvia ajedrezado. El óculo, situado en la parte superior derecha de la fachada, es lobulado. Las arquivoltas se asientan sobre una imposta lisa y ésta, a su vez, en pies derechos. No aparecen restos de lo que debió ser el tímpano. En el muro de los pies se comprueba la otrora existencia de una espadaña. Las campanas también se ubicaron en el propio muro, donde aparecen dos huecos cegados.

El templo no tiene contrafuertes por lo que es posible que la cubierta original fuera de madera. El monasterio tiene adosada en escuadra a su fachada una más larga construcción horizontal de sillarejo y con cubierta a dos aguas, que, como se ha dicho, pudo ser hospital en alguna época.

Actualmente, es una propiedad privada, que lo mantiene dignamente, pero su estado, en consonancia con su valor histórico y patrimonial, es de desasosiego. Su solar es ocupado como almacén y aperos. Sin duda, este importante hito cultural necesita una inversión pública o privada para recuperarlo y conservarlo dándole su valor y dotándolo de vida. Perfecto para un hospedaje rural. La familia de la mítica casa Antsorena, una de las sagas más longevas de vecinos de Zilbeti, lo conserva en propiedad desde 1814, año en el que Manuel Errea lo adquirió, evitando posteriores desamortizaciones e inmatriculaciones.

El conjunto medieval está asentado a 780 m. de altura , sobre una muy bien orientada atalaya, a cuyos pies nació el núcleo del pueblo. Zilbeti se refugia en una hondonada a la vera del arroyo Etxarro. El bellísimo paraje está enmarcado por talludas cimas que al S. limitan con Erro, al E. con Linzoain y a O. con Eugi.

En otra ocasión, de Zilbeti podría repararse en su extraordinario patrimonio natural y en ese Recorrido del Hereje, que hizo famoso la novela de Miguel Delibes, publicada en 1998. En la obra el protagonista es Cipriano Salcedo, el Hereje, que visita el lugar en dos ocasiones. Delibes describe el recorrido que Salcedo, guiado por Pablo Echarren, realiza huyendo del Santo Oficio de la Inquisición y con destino a la Alemania a través de la frontera con Francia.

Zilbeti contó en sus calles con una iglesia románica. Sobre ella se edificó la actual parroquia de San Bartolomé, que en este año 2021, 125 años. La joya de este templo es la imagen de Santa María, catalogada como del siglo XVI, aunque manufacturada con modelos románicos del XIII. Fue restaurada en 1931 y a comienzos de este siglo. Es una de la vírgenes más finas yque se pueden contemplar hoy en Navarra.

Zilbeti es un lugar de novela, un solarium privilegiado por su belleza, su historia y patrimonio, y por el vigor y la pureza de la energía que emite.