- Teniendo en cuenta que el grueso de fiestas son en julio y agosto, comentaba el consejero de Interior Remírez que ve francamente complicado que se celebren. ¿Piensa que en septiembre, según vaya la vacunación, se pueden hacer más cosas?

-Evidentemente, con la información de que disponemos a día de hoy sobre contagios, evolución de las cifras de población vacunada y previsiones de vacunación, es muy difícil que en julio o en agosto se puedan celebrar fiestas tal y como las conocemos. No obstante, el Gobierno de España y la UE esperan que para mediados de julio tengamos al 70% de la población vacunada al menos con una dosis. No sabemos cómo evolucionarán las cosas para entonces. Debemos empezar a tratar el tema de las fiestas con el Gobierno de Navarra, y dejarlo regulado en función de situaciones epidemiológicas y de vacunación. En todo caso, la premisa es actuar con prudencia y que las actuaciones que se lleven a cabo estén presididas por criterios de salud pública. Ya hemos visto en ocasiones precedentes las consecuencias de un relajamiento excesivo.

¿Va a haber una propuesta para este verano a nivel de federación de municipios y provincias?

-La Federación Navarra de Municipios y Concejos no ha adoptado por el momento ningún acuerdo. Mantenemos el criterio de que prime la salud y la seguridad frente al coronavirus, así como el apoyo a la celebración de actividades culturales, deportivas y de ocio siempre que se desarrollen en condiciones de máxima seguridad y sin riesgo.

Las posibles actividades se tendrán que adaptar a la realidad y peculiaridades de cada municipio.

-Evidentemente, en cada momento y en cada lugar hay que conjugar las actividades que se plantea desarrollar, el entorno en el que se llevan a cabo, el número de participantes y la disposición física de estos. Cada situación es diferente. Así que, sí, cada municipio deberá ponderar todos los factores para decidir qué cosas se pueden hacer y cuáles no y en qué forma se pueden llevar a cabo. Trabajaremos para que en todos los ayuntamientos se tenga claro qué se puede hacer en función de la situación sanitaria.

¿Qué están haciendo los ayuntamientos de cara al verano?

-De momento no mucho, algún evento en lugares donde se puede controlar el aforo, como casas de cultura o plazas de toros, pero más bien poco porque estamos pendientes todos de la evolución de la enfermedad y del proceso de vacunación, y de momento no tenemos mucho margen para combinar protección de salud y actividades.

¿Hay iniciativas de ayuntamientos y empresas de festejos taurinos para habilitar plazas de toros? ¿Cuál es el reglamento del Gobierno para este tipo de festejos?

-Se ha trabajado un reglamento para los festejos taurinos conjuntamente, el Gobierno con la Federación y el sector ganadero, en el que se habla de control de aforos y distancias entre personas, y lógicamente, esto se va a poder controlar mucho más fácil en lugares donde se controla la entrada y salida de personas, como las plazas de toros y no en la calle donde es más complicado.

¿Temen que haya una situación como la que se vivió a finales del verano pasado y que se produzcan rebrotes?

-A día de hoy y hasta que la vacunación no esté más avanzada, los riesgos de rebrote son indiscutibles. Y conforme la población se relaja un poco o se reducen las medidas limitativas de su actividad, los contagios crecen. Lo estamos viendo ahora mismo.

¿Cómo mantener contentos a sus paisanos sin bares ni fiestas?

-Nadie está contento en esta situación, pero es la que tenemos. No nos podemos comportar de forma infantil exigiendo lo que no podemos o no debemos tener. Prima la salud y la vida, aunque todos somos conscientes de que actividades como la hostelería, la cultura, el turismo, etc... están pagando un precio demasiado alto y merecen que las Administraciones lo tengan en cuenta. Para la población habrá que buscar las mejores alternativas, ser imaginativos y ofrecerle lo que sea viable y razonable.

¿Qué se puede sacar de bueno de todo esto? ¿Algo de cara al futuro para repensar las fiestas y el ocio?

-Las fiestas serán lo que la ciudadanía quiera que sean. Y será la propia ciudadanía la que marcará el rumbo, como, de hecho, ya lo hace constantemente. Las fiestas de hoy no son como las de hace cuatro décadas. Y ocurre lo mismo con el ocio. Por nuestra parte, los ayuntamientos debemos atender la demanda, si es razonable, a la vez que promover los valores en los que se basa nuestra democracia: igualdad, fomento de la cultura, y por supuesto alternando lo tradicional con lo novedoso.

"Trabajaremos para que los ayuntamientos tengan claro qué se puede hacer en función de la situación sanitaria"

"Nadie está contento en esta situación, pero es la que tenemos. No nos podemos comportar de forma infantil"